Escrita por: Jorge Rodríguez.

Desde hace dos décadas, en la esquina de López Mateos y Boulevard Campestre, el club TIRACEITE ha sido un punto de encuentro para unos 40 entusiastas de los autos antiguos. Pero no se trata solo de cualquier grupo de fanáticos de los vehículos clásicos; hay algo verdaderamente especial que los distingue.

“Cuando todo esto comenzó, eran principalmente autos de los 50s y principios de los 60s. Con el tiempo, hemos adaptado varios otros modelos”, comenta un miembro del club. El amor por la estética y la música chicana, y la pasión por los autos, son los pilares que los unen.

Mario Impalas, miembro del club, destaca las modificaciones únicas: “Desde la suspensión, tapicería, pintura, hasta los rines, cada detalle es cuidadosamente seleccionado”. Estas modificaciones están inspiradas en la cultura lowrider de Los Ángeles en los años 40 y 50, convirtiendo cada vehículo en una obra de arte personalizada.

Samuel Noriega, otro miembro, comparte que tienen alrededor de 22 autos en el club. Cada vehículo es un proyecto de vida, con pinturas personalizadas, colores vibrantes y rines cromados. “El principal, por ejemplo, es un Impala 65 llamado ‘El Sacrificio’. También tengo un Impala 72 llamado ‘El Shadow'”, comenta Samuel.

Restaurar y modificar estos autos no es barato. Dependiendo del año y modelo, la inversión puede ser considerable, llegando a rondar los $700,000 pesos o más. Sin embargo, la dedicación y el amor por estos vehículos hacen que valga la pena.

Y lo que realmente destaca de estos autos son sus suspensiones ajustables, que pueden hacerlos saltar. “La más sencilla es la de aire, que no maltrata el carro. Pero también existe la modificación a Hopper, que puede hacer que el auto salte hasta 70 pulgadas”, explica Mario.

Así que si tienes un auto antiguo, no lo lleves a la chatarra. Júntate con los “hommies” del club TIRACEITE y transforma tu vehículo en una obra de arte.