Crece en Chiapas terror por narcos
El crimen organizado aterroriza con más violencia a pobladores de la Sierra de Chiapas y ahora incursionó en las viviendas de familias desplazadas para usarlas como casas de seguridad.
Pese al despliegue de al menos 2 mil 300 militares en la zona, comandos tomaron ayer más viviendas.
“Los ‘maiceros’ están entrando a casas y obligando a la gente a unirse a ellos, y el que no acepta, va para fuera. Ayer desalojaron a mi sobrina y sus hijos de sus casas, huyeron a Guatemala y otros se fueron a la Costa (de Chiapas)”, dijo a REFORMA un familiar de los afectados.
Las ocupaciones las realizan miembros del grupo “El Maíz”, brazo del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Líderes locales reprocharon que el Ejército sólo vigile en cabeceras municipales.
En Chicomuselo, a 25 kilómetros de Frontera Comalapa, un dirigente que por miedo prefirió anonimato, dijo que en las comunidades no vio presencia militar y que pobladores no han podido volver a sus casas, ya ocupadas por migrantes o sicarios.
Ayer mismo, el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, exigió la aparición con vida de su compañero Adrián Cid Pérez, privado de su libertad en el Municipio de Juárez, además de que condenó el asesinato de sus compañeros Christian Landa Sánchez y José Luis Jiménez.
“Ayer (sábado) desalojaron a mi sobrina y sus hijos de sus casas, huyeron a Guatemala, y otros se fueron a la costa (de Chiapas); está terrible la situación“, dijo un poblador.
Añadió que algunos pobladores que no desean acudir a bloqueos de esta organización deben pagar hasta 300 pesos, lo que equivale a un jornal por día, para que alguien vaya en su representación.
En Chicomuselo, otro municipio limítrofe con Guatemala, un poblador explicó que tras un recorrido por varias comunidades notó que no hay presencia militar, pero sí los retenes de hombres armados, así como las viviendas deshabitadas.
“El Ejército nos dijo que venía por tres días, sabemos que ellos reciben órdenes del Presidente, pero no sabemos por qué no se metieron a dar rondines donde están estos maleantes, por ejemplo a estas comunidades”, expresó.
“Ahora la gente dice, que ellos (los militares) eran la última esperanza que teníamos, pero no sacaron a estos delincuentes y cuando se vayan los militares, serán peor la cosas, porque (los grupos armados) se van a sentir intocables”.
En septiembre pasado, en comunidades como Tulipas y Cuna de Villas, al menos 68 familias fueron desplazadas y algunas sus casas fueron ocupadas por sicarios.
“Aquí nadie se salió involuntariamente, ¿quién se quiere salir de sus casas? A la gente les costó, se tuvieron que salir, porque no quisieron entrar a esa organización, y los que se quedaron fueron pocos; lo mismo sucedió en el mercado, los que no quisieron entrarle se quedaron fuera, se fueron y los que quisieron entrarle, se quedaron ahí en el mercado”, narró.
“En los retenes te preguntan a dónde vas, quiénes son, piden una identificación oficial, te piden el celular y te lo revisan”.
Pobladores denunciaron además que hombres armados han amenazado de muerte a religiosos que se han negado a llamar a la población a que se unan a los criminales.