En León, donde la motocicleta se consolida como uno de los medios de transporte más ágiles y económicos.

A pesar de la gran oferta de cascos con estilos atractivos y precios accesibles, motociclistas experimentados aseguran que la verdadera protección está en la talla adecuada y en las certificaciones de seguridad.

“Primero la talla; un casco no puede estar bailando dentro de la cabeza. Segundo, que sea cómodo. Y tercero, que tenga certificaciones. Un casco sin certificación se puede fracturar en una caída y causar lesiones internas”, explicó Roberto Saavedra, quien utiliza la motocicleta desde hace dos años.

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Saavedra platicó que ya sufrió una caída, pero no tuvo lesiones gracias a que portaba un casco de buena calidad. “El casco quedó tallado, pero no se rompió. Eso me salvó de algo más grave”.

Sobre la variedad de estilos, reconoció que algunos motociclistas buscan cascos deportivos, abatibles o tipo motocross, dependiendo del tipo de moto; sin embargo, insistió en que la prioridad debe ser siempre la protección. “El diseño importa menos; lo importante es estar bien protegido”.

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Joaquín Mendoza, motociclista desde 2006, coincide parcialmente. Aunque reconoce que él sí toma en cuenta el diseño, también le importa la seguridad. “Me fijo en el diseño y en la certificación. Y un casco si un casco no te sirve para un accidente, ¿para qué lo quieres? Hay cascos sobrepuestos, pero no funcionan; te pasa algo luego luego”, afirmó.

Mendoza consideró que es válido buscar que el casco combine con la motocicleta o con el estilo personal, pero siempre bajo un principio. “Si no combina, compro otro… pero que sea seguro”.

Ambos motociclistas coinciden en que la estética puede ser un valor agregado, pero nunca un sustituto de las medidas básicas de protección.