Las manos detrás de Víctor, la piedra más famosa de Silao
Lo que para muchos podría pasar desapercibido una piedra abandonada a un costado del camino, del Distribuidor Vial en Silao, se ha convertido en un símbolo de identidad, creatividad y cariño comunitario.
Se trata del llamado “mono de nieve de Silao”, una pieza que, gracias al trabajo constante y voluntario de personal del área de Educación y Cultura del municipio, hoy arranca sonrisas, fotografías y hasta cartas de agradecimiento.
La historia comenzó hace casi tres años, cuando Marta Edith Almaguer, trabajadora de la Dirección de Educación y Cultura, recibió una fotografía de lo que parecía una pequeña piedra.
“En la foto se veía pequeña y me dijeron: ¿qué le puedes hacer? Cómo venía el 14 de febrero pensé en hacer un oso de peluche”, relató.

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“Era inmensa, enorme, desproporcionada, con la cabecita cuadrada. Fue un reto, pero accedí”. Aquella primera intervención duró apenas unas horas. La instrucción cambió de manera inesperada.
“Me mandan a decir que tenía que ser mono de nieve, porque en Google Maps aparecía como ‘mono de nieve de Silao’”.
Desde entonces, sin importar la estación del año, la piedra ha sido vestida mes con mes como mono de nieve, adaptándose a fechas conmemorativas, temporadas y tradiciones, siempre con materiales reciclados y resistentes al sol y la lluvia.
Para primavera, por ejemplo, se incorporaron juguetes tradicionales elaborados en MDF COMO trompo, balero, yoyo y carritos, todos pintados a mano.
“Mis compañeros me ayudan a cortar las piezas y yo las pinto. A veces hay hasta dos arreglos por mes, dependiendo de la temporada”.
“No creí que tuviera tanto impacto. He recibido cartas donde me agradecen el tiempo que se le dedica. La gente se detiene, se toma fotos, pregunta cuándo se va a volver a vestir y de qué va a ser”, expresó contenta.
La pieza incluso ya tiene nombre reconocido como: “Víctor”, apodo que surgió de manera espontánea entre compañeros, al ubicarse cerca de la zona conocida como La Victoria.
Aunque reconoce que existen opiniones divididas, Marta aseguró que la satisfacción es mayor.
“Si algo que haces le roba una sonrisa a alguien y forma parte de su día, vale la pena. Lo hago con cariño, con lo que tengo a la mano, tratando de dar lo mejor”.
Actualmente, el mono de nieve no solo adorna un punto de la ciudad, sino que se ha convertido en un ejemplo de cómo el arte urbano, la creatividad y el trabajo silencioso pueden transformar lo cotidiano en un símbolo querido por la comunidad silaoense.