Llevan pasión por la cocina en la sangre
La herencia culinaria de León se siente en cada platillo servido en las fondas del Mercado Carro Verde, donde familias mantienen viva la rica tradición gastronómica de sus abuelas.
Un claro ejemplo de ello es la Cocina Angélica, un establecimiento que ha sido atendido durante los últimos 12 años por Angélica Márquez, quien creció en el mercado y aprendió los secretos de la cocina de su madre, quien en 1972 inició a vender carnitas de puerco, frijoles, nopales, chiles rellenos y caldos.
“Yo crecí aquí en este mercado; recuerdo que mi mamá me decía ve a las tortillas, trae el pollo y las papas, limpia la mesa, lleva los refrescos. Para mí es un gusto atender al público y nosotros preparamos con mucho gusto la comida“, compartió Angélica con una sonrisa.
Sus hijas siguen el legado de su abuela, además sus tres hermanas también ofrecen comida corrida, antojitos mexicanos y pozole, al hacer de sus puestos un referente de calidez y sabor.
América Hernández también lleva en la sangre el arte de cocinar y comparte con cientos de leoneses las recetas de su bisabuela Felipa, de 78 años, y su abuela Carmelita.
En la Cocina Carmelita, la familia Hernández prepara una variedad de platillos que incluyen chilaquiles, rollitos de pollo, chiles rellenos, tortas de papa y de carne, arroz y caldos.
“Es muy bonito, sí es muy pesado y cansado, pero es muy bonito estar cocinando, atendiendo a la gente. Casi toda la familia trabaja aquí en diferentes puestos, pero empezó desde mi bisabuela”, comentó América.
El Mercado Carro Verde se convierte en un testigo silencioso de cómo la herencia culinaria se transforma en un lazo familiar y en donde cada receta se convierte en alimento para el alma.