A pesar de que en el mercado abundan aparatos tecnológicos y productos procedentes de países como China, los juguetes tradicionales como el trompo, el balero, las marionetas, las tablitas mágicas, los boxeadores de madera y la muñeca Lele han sobrevivido a través del tiempo gracias a los extranjeros.

El señor Humberto Figueroa Chávez, comerciante de juguetes mexicanos por más de 50 años, comentó que sus principales clientes son turistas que vienen de Estados Unidos y Canadá, incluso asiáticos que radican en el estado han adquirido los juguetes.

“A los japoneses que viven aquí los traen sus compañeros de las fábricas a comprar cosas para sus casas y para llevar al extranjero”, explicó.

El comerciante originario de Uruapan comenzó a vender estos artículos hechos por artesanos michoacanos en la Feria de León y debido al interés de la gente optó por establecerse en la ciudad de León hace más de 25 años.

Aunque la demanda no es la misma que en la época cuando el señor Figueroa decidió inaugurar su tienda ‘Artesanías El Paisano’, los títeres, máquinas de tortillas, caballitos, aviones y camiones de madera capturan la atención de la gente que pasa en su auto por el Mercado Carro Verde, quienes se acercan al local para tomar videos y adquirir uno de los juguetes de su infancia.

Además de tener un valor histórico y cultural importante, los juguetes mexicanos no son solo un souvenir, sino también una opción ideal para que los niños jueguen y se diviertan mientras aprenden sobre la riqueza y diversidad de la tradición mexicana.