Pese a que el Estado registra récord en captación de remesas, a la Secretaría del Migrante y Enlace Internacional (SMEI) le preocupa la fortaleza del peso frente al dólar, ya que esto tiene un efecto negativo en el poder adquisitivo de las familias, principalmente las de comunidades rurales.

En 2020 si un migrante enviaba un promedio mensual de $389.7 dólares, se traducía en $9,793.16 pesos. En 2022 si hoy manda la misma cantidad, su familia recibe $7,232.83 pesos representa $2,560.33 menos.

En 2022, el promedio mensual de dólares recibidos por las familias, a nivel nacional, registró un crecimiento anual de 3.5%, respecto al año previo. Sin embargo, al considerar el tipo de cambio promedio mensual para el mismo año, la cantidad recibida, en pesos mexicanos, solamente registró un incremento del 2.7%.

El impacto de tener un peso fuerte y un dólar débil, se encuentra en la capacidad que tienen las remesas para cumplir con su función principal, que es la de adquirir bienes y servicios básicos de subsistencia para las familias que se quedan en las localidades de origen.

Otro golpe que reciben las familias es, debido a la inflación, el incremento a la canasta básica; en 2022, el aumento mensual promedio que se ha registrado es de: +20% en zona rural, +16% en zona urbana.