Para Greta Trujillo Domínguez, la moda no es solo estética, sino una forma de expresión emocional y un medio para impactar positivamente a su comunidad.

Diseñadora de modas con 11 años al frente de su marca homónima, Trujillo ha construido un proyecto que combina creatividad, sensibilidad y responsabilidad social.

“Desde chiquita me gustó mucho el diseño y siempre estuve muy decidida a lo que quería hacer, aun cuando en la ciudad no era una carrera tan conocida”, compartió la diseñadora.

Su proceso creativo parte siempre de una inspiración clara, que puede surgir de experiencias personales, viajes, sentimientos o incluso momentos difíciles. “Lo primero es tener un tema inspiracional; a partir de ahí se crea una historia y se va entrelazando con los diseños, los materiales y los patrones”, explicó.

Un ejemplo de ello es su más reciente colección “Sounds”, una propuesta profundamente personal. “La música siempre me ha generado una conexión creativa muy fuerte. En un momento emocionalmente intenso de mi vida, la música me movió tanto que quise transmitir todo eso a través de mis vestidos”, señaló.

Greta reconoció que el proceso creativo no está exento de bloqueos. “Somos humanos, sí hubo un bloqueo durante un duelo que pasé, pero la clave es buscar cómo desbloquearlo. La creatividad viene de todo lo que vives, lees y compartes”, afirmó.

La marca Greta Trujillo se distingue por un estilo romántico y elegante, con fuerte conexión con la naturaleza. Flores, encajes, estampados y mezclas de materiales son constantes en sus diseños exclusivos. Actualmente maneja cinco líneas: novia, noche, cóctel, playa y una línea de moda sustentable que surgió durante la pandemia, elaborada a partir de retazos de
materiales.

De todas, la línea de novia es la más compleja. “Cada novia trae una idea muy clara y lo más importante es conectar con ella para lograr el vestido de sus sueños”, comentó. Para ello, el proceso incluye pruebas previas hasta que la clienta se siente plenamente satisfecha.

Más allá de la moda, Greta ha convertido su marca en un vehículo de ayuda social a través del “Tejetón”, una iniciativa ciudadana que coordina en León desde hace 10 años, en colaboración con el proyecto Tejiendo Otro Mundo, originario de la Ciudad de México.

“El Tejetón consiste en tejer cuadritos de 20 por 20 centímetros, con los que se hacen cobijas que se donan a personas en situación vulnerable”, explicó.

Tan solo este año se elaboraron 202 cobijas, equivalentes a 10 mil 908 cuadritos tejidos por voluntarias y voluntarios de León, Guanajuato capital, Zacatecas y Aguascalientes.

“El objetivo siempre es sumar más manos tejedoras. Es un proyecto que ayuda tanto a quien recibe la cobija como a quien la teje”, destacó.

Para Greta, el Tejetón tiene un significado especial, pues lo comparte con su madre, coordinadora del proyecto en la ciudad. “Me conecta con lo verdaderamente importante, con agradecer, con las amistades y con el trabajo en equipo”.

Finalmente, la diseñadora definió su taller como su “lugar feliz”, un espacio donde puede crear, conectar y crecer. “Mi objetivo es que mis clientas proyecten lo que quiero transmitir con mi marca y seguir creciendo, siempre con propósito”, concluyó.