Educar sin maltratos fomenta la democracia

Educar a los hijos sin maltratos físicos o verbales tiene múltiples beneficios para el desarrollo de los niños y también para la democracia de un país
Foto: Especial.

El psicoterapeuta, Esteban Gómez Muzzio, quien ha sido asesor en políticas públicas en el DIF Guanajuato y en distintos países de América Latina, afirmó que la crianza positiva beneficia a la democracia.

“Si muchas personas empiezan a cambiar el modelo de violencia, agresión y grito por uno de escucha, comprensión y diálogo tiene un impacto positivo hasta para la democracia de un país”, subrayó.

Explicó que los niños que crecen en estos entornos no solo desarrollan competencias interpersonales saludables, sino que también se convierten en ciudadanos capaces de dialogar y resolver conflictos de manera pacífica, características esenciales en un sistema democrático.

“No sólo ayuda a los hijos, sino a los padres a mejorar sus relaciones de pareja, en la familia y también mejora la salud mental”, señaló.

El especialista reconoció que al inicio es más desafiante para los padres educar a los hijos bajo el paradigma de la crianza positiva porque no tienen el miedo como herramienta para la obediencia.

“No se trata de que tu hijo te obedezca porque te tiene miedo, sino que confíe en ti y desde ahí se deje guiar”.

Sin embargo, destacó que los resultados en la adolescencia son que los hijos estudian solos, son responsables y al tener un problema acuden a los padres.

Entre los efectos positivos que destaca el psicoanalista son una buena regulación emocional y mejores tasas de rendimiento escolar.

Así como la reducción de la deserción escolar, las tasas embarazo adolescente y el consumo de drogas y alcohol.

“Los niños que son criados con buenos tratos tienen mayor coeficiente intelectual, mejores capacidades sociales y emocionales, mejor rendimiento laboral e incluso tienen niveles de ingresos económicos más altos en la vida adultos”, explicó.

El experto señaló que aplicar esta metodología no es fácil al inicio, ya que requiere de tiempo y los resultados se aprecian a largo plazo, por ello recomendó lo siguiente:

Tener humildad para aprender, acercarse a los lugares donde imparten talleres de crianza positiva, invitar a otras personas para formar una comunidad y comprender que en el camino se cometerán errores.

“No culparte cuando te equivoques, pero sí reconocer que te equivocaste. Tener la valentía de reparar el error con tu hijo, recuperar la conexión y la confianza con tu hijo es lo más importante”, expresó.

Invertir en una crianza sin maltratos no sólo es un acto de amor hacia los niños, sino también una inversión en el futuro democrático de la sociedad.

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