El Mercado República es uno de los principales edificios que dieron auge al comercio en los barrios más antiguos de León desde que abrió sus puertas en 1934, sus pasillos han sido testigos de historias de esfuerzo y trabajo como el de Doña Angélica Santoyo, quien a sus 84 años es la locataria más longeva del mercado.

Desde niña se ha dedicado a la venta de alimentos, inició a los ocho años a vender orejas de hojaldre, bolillos, chorreadas de piloncillo y conchas de chocolate en el local de su abuelo y sus tíos, quienes tenían su panadería en el barrio de Santiago.

“Me enseñaron a vivir la vida como debe de ser, siempre estuvieron al pendiente de nosotros y nos enseñaron a trabajar”, comentó Doña Angélica.

El mercado no sólo era un lugar de comercio, sino que también era un punto de abastecimiento de agua, Doña Angélica cuenta que su mamá les decía que pidieran cubetas de agua al “güero”, ya que en el mercado había una pileta.

El agua la utilizaban para la limpieza del hogar y para bañarse en una tina, como era la costumbre entre los vecinos de los barrios.

Doña Angélica compartió que ella llegó a ser la encargada de decorar el mercado para las fiestas patrias y Navidad, pues cada año iba a ciudad de México a comprar los adornos.

Al morir su abuelo y sus tíos, la panadería cerró y ella comenzó a vender antojitos mexicanos en el mercado como enchiladas, tacos dorados, gorditas y pozole, tradición que hoy en día continúan dos de sus nueve hijos.