Otakus y kpopers, de la burla a la aceptación

La cultura otaku y el K-pop, antes objeto de burlas, se han convertido en una expresión de identidad y moda apreciada por los jóvenes

En una época donde la diversidad cultural es cada vez más apreciada, la cultura otaku y k-pop ha encontrado su lugar en el corazón de los jóvenes.

A pesar de que hace una década, escuchar música coreana, leer mangas y usar ropa otaku era motivo de burlas y desaprobación, hoy se ha convertido en una expresión de identidad y un fenómeno de moda.

Alondra Garnica, conocida en la comunidad como ‘Mako’, recuerda que en la secundaria ser otaku implicaba ser objeto de constantes críticas.

“Las burlas eran constantes y decían cosas como no te bañas. Era muy criticado, pero también por ser muy excéntrico era algo extraño para las demás personas”, comentó la joven de 22 años.

Cada 19 de octubre se conmemora el ‘Día Nacional contra la Discriminación’, fecha que conmemora la abolición de la esclavitud en México en 1810 y que invita a la reflexión y al respeto por las diversas expresiones culturales.

Eithan Cervera González, de 20 años, también enfrentó las dificultades de pertenecer a la comunidad otaku y recordó que ser fan de bandas como Ikon, Super Junior y Exo, le acarreaba burlas en la escuela.

“Siempre hacían el típico comentario de para qué escuchas esa música si no entiendes el idioma. También decían que es muy ridículo el hecho de que adoptes la moda de allá. No era bien visto combinar prendas con otras cosas porque eran muy llamativas”, comentó.

Las jóvenes indicaron que eventos como StarCon y la Friki Plaza en León eran los lugares “seguros” para expresar su gusto.

“Quienes éramos muy fans, en ese entonces, recibíamos críticas, bullying y acoso. No era algo muy aceptado porque era algo muy desconocido, pero conforme ahora se ve más como una moda”, indicó Eithan.

Actualmente, espacios como el Forum Cultural Guanajuato son un punto de encuentro, donde los fines de semana, grupos de jóvenes como dance cover TVIV ( The Villians In Victory) se reúnen para bailar con gran destreza coreografías de bandas K-pop.

Tanto Mako como Eithan han visto cómo su cultura ha evolucionado de ser blanco de críticas a convertirse en una celebración de la diversidad y la creatividad.

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