Magali Rodríguez, una joven con rumbo

Tras vivir violencia y discriminación, Magali Rodríguez, de 25 años, logró entrar a la UNAM gracias al programa Jóvenes con Rumbo. Su perseverancia es inspiradora
Foto: Especial.

Tras vivir en un contexto de violencia, Magali Rodríguez Acosta es un ejemplo inspirador de perseverancia y superación, la leonesa de 25 años retomó el rumbo de su vida al terminar la preparatoria y hoy ha logrado entrar a la UNAM.

La vida de Magali cambió drásticamente después del homicidio de una amiga cercana, este evento se convirtió en un catalizador para ella y su grupo de amigas, quienes buscaron alternativas educativas que les permitieran salir de ese entorno.

“Cuando te encuentras en esta situación, crees que siempre vas a estar en ese escenario, que nunca vas a acceder a la educación y que no hay posibilidades”, compartió la joven de la colonia Maravillas.

Magali abandonó la preparatoria por cuestiones económicas, y por haber vivido situaciones de discriminación, sin embargo, su vida cambió cuando decidió entrar al programa Jóvenes con Rumbo de YouthBuild México en Guanajuato.

A través de este programa, no solo culminó su preparatoria, sino que también encontró una red de apoyo invaluable que la motivó a reconocer su propio talento y potencial.

“El programa tiene a muchos jóvenes con talento y con oportunidades porque tenemos ganas de ir afuera y cambiar cosas, aunque sean pequeñas”, enfatizó al evidenciar la transformación que siente en su vida.

Su sueño es crear una asociación civil que “apoye a las morras del barrio a tener un acompañamiento, darles herramientas de derechos humanos para que puedan identificar una situación de violencia, por ejemplo”.

Cuando recibió la notificación de su aceptación en la UNAM para estudiar la carrera de Desarrollo y Gestión Intercultural, la alegría y el asombro la invadieron.

“Cuando vi los resultados que decía ‘aspirante seleccionado’, realmente no lo podía creer porque esto significa que ya estoy en la universidad. En mi contexto como una chica de barrio que no tiene las posibilidades y que pudo entrar a una educación de ese nivel significa mucho”, expresó.

Este logro no sólo simboliza un avance personal, sino que también es un mensaje claro para su comunidad, de que incluso en las circunstancias más adversas, se pueden construir otros mundos y alcanzar los sueños.

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