Sequía en Sierra de Lobos: ‘Todo está muy seco ya’  

Sin pasto, sin sombra y con agua cada vez más escasa, habitantes como Nemesio y Berenice luchan por sobrevivir a la sequía, símbolo claro del cambio climático
Foto: Cortesía

PATRICIA ROBLES.

En la Sierra de Lobos, al norte de León, la sequía no es una amenaza lejana: ya está aquí. La tierra está cuarteada, los árboles sin hojas y hasta los nopales han perdido su color verde. En este paisaje árido, donde antes había pasto y sombra, hoy solo quedan polvo y hojas secas.

Nemesio Govea, habitante de la zona, relata que cada ocho días baja hasta una presa para cargar agua. “Todo está muy seco ya”, dice. La lleva en bidones hasta un bebedero para los animales. El traslado cuesta alrededor de 600 pesos por viaje, y aunque las pipas también ofrecen el servicio, el precio supera los mil pesos, algo impagable para muchos.

El proceso es rústico pero necesario. “Un contenedor tarda como un minuto en llenarse”, explica. Aunque hay esperanza de que las nubes que han aparecido en los últimos días traigan lluvia, la situación es crítica.

Berenice, que también acarrea agua, lo resume con preocupación: “La gente en Sierra de Lobos está preocupada porque el agua es parte importante y sin ella ahorita no se puede hacer nada. Es muy escasa y cada vez se está poniendo más difícil encontrar agua”.

La sequía no solo afecta a quienes tienen ganado. Es una amenaza para toda la vida rural que depende de la tierra. El ecosistema de la Sierra de Lobos, uno de los pulmones de León, está visiblemente deteriorado. La falta de lluvia pone en riesgo tanto a los animales como a las personas que viven ahí, y muestra los efectos cada vez más visibles del cambio climático en la región.

Mientras tanto, los habitantes siguen cargando agua, esperando que las nubes se conviertan en lluvia.

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