Recorre Met de NY historia del grabado en México
Grabados inéditos de creadores mexicanos tan conocidos como José Guadalupe Posada, famoso por incorporar calacas en sus sátiras, o menos populares, como la artista María Marín, autora de audaces retratos, reúne el Museo Metropolitano de Arte (Met) de Nueva York en una muestra dedicada a estos impresos que reflejaron a todos los sectores de México –y las relaciones entre ellos– durante los siglos 19 y 20.
Mexican Prints at the Vanguard (Gráfica mexicana a la vanguardia) es el título de la exposición que inaugura el recinto este jueves, con 135 obras pertenecientes a la colección de Grabado Mexicano resguardada por el Met, un centenar de ellas presentadas por primera vez, informa Mark McDonald en entrevista vía electrónica con REFORMA.
“Quería exhibir obras que den testimonio del talento de los artistas mexicanos, de su dominio excepcional e inventivo de la técnica, y que demuestren cómo los grabados reflejaron todos los niveles de la sociedad mexicana, revelándolos como una parte integral de la conversación cultural y política. Los grabados fueron el medio y la voz democrática de México desde mediados del siglo 19, cuando se crearon para abordar preocupaciones sociales, políticas y artísticas”, destaca.
La colección de casi 3 mil grabados y libros ilustrados mexicanos es una de las menos conocidas del Met. El material abarca aproximadamente de 1740 a la década de 1950, y la mayor concentración de obra es la creada después de fines del siglo 19, detalla el Boletín del Met, publicación trimestral de libre descarga (https://www.metmuseum.org/met-publications).
Esta colección, indica McDonald, se distingue por la cantidad de obras raras e incluso excepcionales en muy buenas condiciones, parte de las cuales se integran en la exposición.
Podrán encontrarse desde las manifestaciones más tempranas de esta expresión, por ejemplo grabados en seda o litografías decimonónicas de carácter costumbrista, hasta las que caricaturizaron los fascismos, denunciaron la voracidad capitalista o exaltaron el arte popular, todas contribuyeron a forjar la identidad mexicana y a afianzar una práctica artística cuya efectividad para difundir temas sociales y políticas prevalece, anota McDonald.
Este interés por alcanzar a las masas y educarlas a través del arte, como se pretendió sobre todo tras la Revolución Mexicana, no implica que todos las xilografías, litografías y serigrafías de artistas como Posada, Diego Rivera, José Clemente Orozco, Elizabeth Catlett o Leopoldo Méndez fueran concebidos originalmente con un propósito instructivo, aclara McDonald.
“Muchos se crearon como objetos de ‘bellas artes’ (por ejemplo, las litografías basadas en murales de Rivera o los grabados de Orozco), así como diseños abstractos y surrealistas de Carlos Mérida y refinadas composiciones de Carlos Orozco, entre otros”, ejemplifica.
“Y muchos de los artistas que realizaron estos grabados”, añade, “eran creadores excepcionales que dedicaron su talento a producir imágenes impactantes y bellas para una gran variedad de materiales (carteles, volantes, panfletos, impresiones de hoja suelta, algunas destinadas al mercado internacional, etcétera). Algunas de las obras que se exhiben y que originalmente se crearon para ser colocadas en las calles, por ejemplo, están entre las formas más creativas de arte público del siglo 20″, puntualiza.
La mayoría de los grabados de hoja suelta pueden consultarse en línea (https://www.metmuseum.org/art/collection). Los álbumes (que pueden contener cientos de grabados), aún deben catalogarse, explica McDonald, quien anticipa una exhibición, en 2025, de piezas donadas recientemente por JoAnn Edinburg Pinkowitz y Richard Pinkowitz
La donación de los Pinkowitz cubre importantes lagunas de la colección de Grabado Mexicano del Met, con obras poco comunes de Leopoldo Méndez, Isidoro Ocampo y Elizabeth Catlett. La mayoría de las obras son grabados en relieve (xilografías y linograbados) y sus temas abordan principalmente la justicia social, reflejando las principales preocupaciones de los grabadores que trabajaban en México en la primera mitad del siglo 20.
La pasión de un visionario
La mayor parte de la amplia colección del Met llegó a través del artista de origen francés Jean Charlot, cuya asociación con el museo comenzó a fines de la década de 1920, refiere McDonald .
Charlot donó muchos de sus propios grabados y obras de otros artistas al Met, y a mediados de la década de 1940 actuó en nombre del museo para adquirir grabados en México.
El curador recuerda que el artista vivió buena parte de la década de 1920 en la Ciudad de México, donde trabajó como pintor, escritor y maestro.
“Gracias a su amistad con varios artistas, tenía un acceso especial a su obra y el carácter de la colección del Met refleja bien estas relaciones”, enfatiza McDonald
“Considero a Charlot un visionario. Comprendió la importancia del grabado en México gracias a su contacto directo con esta práctica, el calibre de los artistas involucrados y la calidad artística y democrática de sus obras. Charlot fue uno de los primeros en mostrar un interés genuino por los grabados mexicanos y estaba decidido a compartir su pasión por este material con un público amplio, como los propios curadores del Met. Él mismo fue un grabador dedicado”, reconoce McDonald.
Mexican Prints at the Vanguard (Gráfica mexicana a la vanguardia) abre sus puertas este jueves 12 de septiembre y permanecerá en exhibición hasta el 5 de enero de 2025.
Muestra abarcadora
La exhibición Mexican Prints at the Vanguard (Gráfica mexicana a la vanguardia) está integrada por seis secciones:
– El grabado temprano en México
– José Guadalupe Posada y sus contemporáneos
– La Revolución Mexicana (1910-1920)