¿Quieres practicar deporte? Revisa antes tu corazón

El cardiólogo Enrique Berríos explica síntomas de la miocardiopatía hipertrófica que provoca la 'muerte súbita' durante actividad física
Foto: Especial.

Aunque es fácil sentirse inspirado por las imágenes de atletas llevando las capacidades humanas al límite, como sucedió apenas en los Juegos Olímpicos de París, la actividad física de alta intensidad puede ser letal para algunos.

Específicamente, para aquellas personas que, a falta de una valoración médica apropiada, desconocen que pueden tener un corazón afectado por la miocardiopatía hipertrófica (HCM, por sus siglas en inglés), que es la causa más frecuente de muerte súbita en deportistas y pacientes jóvenes.

“Creo que todos hemos escuchado historias de personas, principalmente atletas de alto rendimiento, que pierden la vida en entrenamientos o durante la actividad física, es decir, en aquellos momentos de mayor estrés físico”, refiere en entrevista telefónica el cardiólogo Enrique Berríos.

“Y también hemos escuchado de personas que fallecen aparentemente de estos infartos fulminantes estando jóvenes, y que no nos explicamos bien por qué. Esto se conoce como muerte súbita, y la mayor cantidad de las que se dan en jóvenes se debe a la miocardiopatía hipertrófica”, refrenda el médico adscrito al Hospital Español de México.

La HCM es un desorden genético que provoca un engrosamiento del miocardio, el tejido muscular del corazón que se encarga de bombear la sangre por el sistema circulatorio mediante su contracción.

“El corazón es una serie de estructuras o cámaras que deben permitir el paso de la sangre de un lado a otro, y si tienes una pared más gruesa de lo normal, eso puede generar cierto problema (de obstrucción) para ese paso de la sangre”, ilustra Berríos.

“Y el otro problema es que este incremento de la masa puede ser también el sustrato preferido para generar latidos anormales, para que el sujeto presente arritmias”, agrega el especialista. “Tanto la obstrucción como las arritmias son las causas de la muerte súbita”.

La prevalencia de la HCM a nivel mundial es de 1 en cada 500 personas, y Berríos apunta que en México pueden haber por lo menos 250 mil con esta enfermedad; “el problema principal que tenemos es que solamente el 10 por ciento de estos casos son diagnosticados”, advierte.

De ahí que lo ideal, desde el punto de vista preventivo, sea que cualquier incursión en actividades físicas y disciplinas deportivas vaya precedida de un chequeo médico.

“Yo creo que todo sujeto que va a hacer actividad física, aunque no sea de alto rendimiento o nivel profesional, debe tener una valoración mínima: un interrogatorio, una exploración física y un electrocardiograma”, sugiere el cardiólogo.

“O sea, esto lo deberíamos hacer todos antes de ir a un gimnasio o antes de empezar un programa de entrenamiento, o de hacer cualquier actividad que pueda generar una mayor demanda de nuestras capacidades”.

Si ya se ha comenzado a practicar ejercicio, es importante poner atención a diferentes señales de alarma, que van desde dolor en el pecho y falta de aire hasta desmayos, desvanecimientos repentinos en plena actividad física.

Berríos cuenta que en el pasado ha habido bastantes tabúes en torno a esto dada la negativa de varios atletas a someterse a revisión que puedan arrojar resultados negativos y, por ende, los orillen a abandonar su carrera deportiva; “pero con las estrategias actuales que tenemos de tratamiento, la mayoría pueden llegar a hacer actividades físicas e incluso a nivel profesional”, subraya el cardiólogo.

“La intención de los médicos que atienden estas enfermedades es llevar al paciente a la mejor calidad de vida, entendiendo que para algunos la actividad física puede ser no sólo importante para su diversión o para su entretenimiento, sino que puede ser una forma de vida.

“Entonces, teniendo en cuenta esto, la intención es que hagas la actividad física pertinente, de una forma segura”, señala Berríos. “Habrá casos en donde no se pueda, que tendremos que decir: ‘No puedes hacer más actividad, es más importante mantener tu vida’. Pero son los mínimos”.

La atención a un paciente con diagnóstico de miocardiopatía hipertrófica va desde recomendaciones como dejar el alcohol hasta el uso de medicamentos para ayudar al corazón a contraerse y relajarse de manera correcta, y que alivian el dolor torácico o la dificultad para respirar al hacer ejercicio.

Asimismo, también se realizan intervenciones quirúrgicas para, por ejemplo, implantar un desfibrilador que reconozca ritmos cardíacos potencialmente mortales, y enviar un impulso eléctrico para detenerlos.

“Siguiendo este camino, realmente los sujetos pueden tener una vida normal o casi normal, a excepción de que tendrán que tomar algún medicamento o llevar algún seguimiento, y tener una vida prolongada de calidad.

“Así que yo creo que ya no es válido que los atletas mueran en los campos de juego, porque existen estrategias efectivas para prevenir eso”, insiste Berríos, quien adelanta que del 23 al 25 de enero próximo tendrá lugar en Aguascalientes la primera Cumbre Latinoamericana de Miocardiopatía Hipertrófica para médicos.

Para estar alerta

El primer síntoma de miocardiopatía hipertrófica en muchos adultos jóvenes es el desmayo súbito y posiblemente la muerte. Pero en varios casos puede haber algunas señales comunes:

– Dolor torácico
– Vértigo
– Desmayo, especialmente durante el ejercicio
– Fatiga
– Mareos durante o después de la actividad física
– Sensación de percibir los latidos cardíacos rápidos o irregulares (palpitaciones)
– Dificultad para respirar durante la actividad o después de acostarse

* El uso de relojes inteligentes que miden la frecuencia cardíaca también puede arrojar algunas pistas. Debe acudirse a valoración médica si hay:

– Lecturas arriba de 150 latidos por minuto estando en reposo.
– O arriba de 200 latidos por minuto durante el ejercicio.

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