Paulina preserva tradición familiar de patchwork
De física a emprendedora, Paulina Caballero siguió su pasión para transformar telas en obras de arte.
A sus cinco años aprendió de su abuelita Alejandrina la técnica de costura patchwork sin aguja, al ayudarla a pegar trozos de tela de algodón en una base de unicel para crear árboles de colores. Este pasatiempo se convirtió en su propio negocio de manualidades: Pau Dkor.
“Yo estudié física en Toluca, después me desempeñé en mi profesión, pero siempre me gustaron las manualidades y preferí poner un negocio que me gusta mucho”, comentó la joven de 32 años.
Desde hace tres años, la toluqueña, ha utilizado las redes sociales para ofrecer sus productos y compartir su pasión mediante talleres online.
“Cuando yo hago un nuevo proyecto siempre me acuerdo de mi abuelita y cuando le gusta a la gente me motiva mucho porque veo cómo les ayudo a relajarse, ya que esto es muy terapéutico”, compartió.
En Guanajuato ha encontrado un nicho de mercado importante. Sus principales clientes son mujeres de entre 40 y 60 años, así como niños de hasta 8 años, quienes aprenden a hacer monos de nieve, calabazas, cuadros y árboles.
“Hemos hecho arreglos para bodas, son adornos de corazones que les cuelgan tiras y ahí se ponen los deseos para los novios. También hacemos coronas para decorar en la casa y para XV años tenemos arbolitos que los ponen como centros de mesa”, explicó.
A través de su negocio, Paulina no solo preserva una herencia familiar, sino que también promueve el arte de crear en comunidad.