Más de 300 personas decidieron decir “sí” incluso desde un centro penitenciario.

El amor también cruza muros y se convierte en un nuevo comienzo.

Entre enero y diciembre de este 2025, 319 personas privadas de la libertad formalizaron su matrimonio dentro de los Centros Estatales de Prevención y Reinserción Social.

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Tan solo en la última semana, 48 parejas contrajeron matrimonio, y en el Ceprereso de León fueron 29 hombres y una mujer quienes asumieron este compromiso, acompañados por sus familias y autoridades civiles.

Foto: Cortesía

Los espacios cotidianos se transformaron: globos, flores y emociones marcaron ceremonias que, más allá del acto legal, representaron estabilidad emocional, esperanza y responsabilidad.

De acuerdo con autoridades penitenciarias, estas uniones ayudan a reducir el estrés y fortalecen la salud emocional de las personas internas, al brindarles una sensación de pertenencia y futuro.

Porque incluso en contextos difíciles, los nuevos comienzos también son posibles.

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