Araceli Ramírez Vázquez, responsable del programa de prevención de cáncer de la mujer en León, advirtió que el 80% de los casos se deben a factores modificables como el sobrepeso, el consumo de alcohol y tabaco. Solo un 20% de los casos se atribuyen a factores hereditarios.

“Es un incremento exponencial, puede oscilar de entre 5 a 10 veces más en una persona que se expone a una adicción como el tabaco a comparación de una persona que no es fumadora; de ahí la importancia de adquirir hábitos más saludables”, explicó.

El cáncer de mama se encuentra íntimamente relacionado con los niveles de estrógeno en el cuerpo.

“El cáncer de mama es un cáncer hormonodependiente, es decir, está relacionado con los estrógenos que producimos hombres y mujeres, y se asocia con las células grasas que tienen receptores para estas hormonas. La exposición prolongada a los estrógenos incrementa el riesgo de que desarrollemos cáncer”, señaló.

La experta hizo énfasis en la importancia de la actividad física como un factor protector. Realizar al menos 15 minutos de ejercicio, como caminar, al menos tres veces por semana puede reducir este riesgo.

En cuanto a la autoexploración y el control de salud, Ramírez recomendó que las mujeres de 20 a 39 años se realicen una exploración clínica una vez al año. Para aquellas mayores de 40 años, la realización de una mamografía anual es esencial.

También exhortó a la autoexploración mensual y a acudir al médico ante cualquier signo de alarma como secreciones inusuales del pezón, hundimiento, o cambios en el color, tamaño y forma de la mama.

La prevención y la detección temprana son clave en la lucha contra el cáncer de mama. Adoptar un estilo de vida saludable y permanecer alerta a los cambios en nuestro cuerpo son pasos fundamentales que todos podemos tomar para cuidar nuestra salud.