El ‘árbol de algodones’ de La Sandía, un ícono natural de León

Un símbolo de la calma y belleza que define este rincón del mundo
Foto: Cortesía

Por: Patricia Robles.

En la comunidad de La Sandía, ubicada entre los caminos rurales del municipio de León, la vida transcurre con una calma que parece suspendida en el tiempo. Aquí, la tranquilidad no es una aspiración, sino parte del paisaje cotidiano: la gente camina despacio, los perros duermen al sol y el silencio se interrumpe solo por los saludos entre vecinos o el canto de los pájaros.

En medio de esa quietud aparece algo que parece sacado de un cuento: un árbol que, cada primavera, se cubre de copos blancos que parecen nubes detenidas entre las ramas. Está justo frente a la pequeña plaza principal y se ha vuelto una especie de ícono natural de La Sandía. Su forma, su altura y sus racimos de algodón esponjoso llaman la atención de todos los que pasan.

Los habitantes lo conocen simplemente como “el árbol de algodones” y, aunque algunos dicen que se trata de un árbol de pochote o ceiba, para los niños del pueblo es el lugar donde crecen las nubes. En las tardes, cuando el sol cae y el cielo se pinta de naranja, las ramas parecen flotar entre el aire tibio, como si fueran parte del cielo mismo.

Más allá de su apariencia mágica, el árbol es símbolo del ritmo lento y amable con el que se vive en La Sandía. Aquí no hay prisa, y tampoco se necesita. Se puede sentar uno frente al árbol, comer una nieve de garrafa, escuchar a los abuelos contar historias y entender que, a veces, lo más extraordinario está justo frente a nosotros, en la forma de un árbol que florece con nubes.

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