Por Jorge Rodríguez.

“La intención era que las personas que venían a comer aquí pudieran tener contacto con una obra de arte real,” dice Hugo González Jacinto, promotor cultural independiente, mientras recorre el mercado municipal de Purísima del Rincón, convertido hoy en un espacio donde se mezcla el sabor de la comida tradicional con la fuerza del arte contemporáneo.

En este rincón del estado de Guanajuato, comer ya no es solo un acto cotidiano: “Comer en Purísima del Rincón no solo es una experiencia gastronómica, también es cultural y artística”.

Inspirado por la tradición popular de su comunidad, González Jacinto tuvo una visión: transformar las mesas del mercado en lienzos. “Aquí, una vez comiendo con un hermano, cuando el mercado se encontraba casi vacío… le comenté: ‘Mira, estas mesas blancas son como lienzos en blanco, como para pintarlos’.”

Así nació un concepto original que echó raíces en agosto de 2023 con la intervención de 33 mesas, que hoy exhiben obras basadas en artistas como Rufino Tamayo y Vincent van Gogh, pero también en festividades y símbolos locales.

“Purísima se caracteriza por ser un pueblo con mucha cultura popular más que de artistas académicos,” reflexiona el también exdirector de la Casa de la Cultura local, quien ha sabido rescatar expresiones como la Judea infantil, los farolitos de las iluminaciones, y las celebraciones de octubre, plasmándolas en azulejos, colores y texturas.

“Esta es una obra original, es un concepto mío. Esto no existe en ningún lugar,” afirma con orgullo. Su intención es clara: reivindicar el arte como parte de la vida cotidiana y fomentar el contacto directo entre comunidad y creación artística. “Aquí me agrada que los niños toquen, suban, señalen, cuenten, porque es una manera interactiva de acercar a los niños al arte”.

Así, el mercado se vuelve aula, galería y comedor: un espacio donde se honra la herencia visual de Purísima del Rincón y donde cada comida puede convertirse en un acto de contemplación.