El aroma de pequeños panes, conchas, donas, orejitas y pastelillos inundó las calles Aquiles Serdán y Moctezuma donde familias leonesas y panaderos se reunieron desde las seis de la mañana para celebrar la tradicional fiesta de San Nicolás de Tolentino en el Barrio Arriba.

La señora Blanca Andrade Mojica, originaria del Barrio Arriba, ha participado en esta festividad desde niña y ahora comparte esta tradición con sus nietos.

Foto: TV4.

”He de tener como unos 40 años viniendo, primero me traían mis padres, luego traje a mis hijos, ahora a mis nietos y a mi bisnieta. Es una tradición muy hermosa, nosotras llegamos al templo a que nos bendigan el panecito y nos quedamos a misa”, comentó.

La Fiesta de los Panecitos es en honor de San Nicolás de Tolentino, un fraile italiano que al estar enfermo vio a la Virgen María, quien le dijo que para recuperar su salud debía comer un pan que ella le había dado, mientras lo remojaba en agua.

Entre las cientos de personas que llenan sus canastos de mimbre con pan se encuentran la señora Margarita Rico, quien vino acompañada de su madre Refugio Escobedo, de 91 años, para pedir por la curación de enfermedades.

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“Yo sé que este panecito se guarda y uno se lo va comiendo para sanarse de lo que uno pida. Hoy pedimos que se sane mi mamá porque tiene sus dos rodillas mal; le operaron una y le van a hacer otra cirugía”, expresó Margarita Rico.

Los panaderos que ofrecen sus productos en esta festividad también buscan preservar una tradición que se ha transmitido de generación en generación.

Yolanda Villalobos, quien tiene 39 años vendiendo pan en esta fiesta, comentó que para este año su familia preparó tres mil piezas de 20 tipos diferentes de pan, entre ellas conchas de chocolate, vainilla y fresa, cuernitos, yoyitos y campechanas.

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Entre los muchos puestos, destaca el de Juana González, quien desde hace 70 años vende sus productos para la fiesta de los panecitos en la colonia Obregón.

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“El pan es riquísimo y más que nada la fe que se tiene porque un pan y un vasito con agua nos ayuda a sanar nuestras enfermedades. Yo estaba un poquito mala de mi mano, le pedí al Señor y a San Tolentino que me diera licencia de vender, y aquí estamos vendiendo”, comentó.

La celebración de San Nicolás no sólo representa una festividad religiosa, sino también es un motivo para que la comunidad se una, celebre sus tradiciones y disfrute deliciosos panecitos.