Carolina Valdez comparte el regalo de los dioses en Guanajuato
Desde hace más de siete años, Carolina Valdez Beltrán ha llevado en su sangre la pasión por el cacao, un legado familiar que la ha impulsado a crear Alcajá, una marca guanajuatense de chocolate artesanal que conquista paladares y corazones.
Este proyecto surge del profundo vínculo que Carolina mantiene con sus raíces maternas en Teapa, Tabasco, donde sus abuelos Raúl Beltrán López y Carolina Ramos Carballo tenían una finca de cacao.
Inspirada por esa tradición familiar, en 2017 la emprendedora decidió retomar y honrar esa herencia, al producir chocolate en su propia casa en Irapuato con un molino que le regaló su tío.
“Un día mi hijo Alejandro estando en la escuela, le pide permiso a la maestra para vender paletas de chocolate, le dan permiso, y veo muy buena respuesta. Entonces, como no estaba absolutamente cómoda en mi trabajo porque era muy estresante, decido estresarme por lo mío, y así es como empezamos con Alcajá”, compartió Carolina, quien es contadora pública de profesión.
La marca Alcajá es un acrónimo formado por las iniciales de su nombre y el de sus hijos: Alejandro, Carolina y Javier. También simboliza “al adiós” (AL), “casa y hogar” (CA) y “alegría y felicidad” (JA).
Aunque sus hijos ya se encuentran en la universidad, en los inicios del proyecto, ellos fueron pilares fundamentales, al ayudar en la elaboración desde la semilla hasta la barra de chocolate.
Carolina selecciona cuidadosamente el cacao proveniente de Chiapas, lo tuesta en un comal de barro, donde se escucha “el canto del cacao”, y lo muele hasta obtener barras con contenidos que van desde un 40% hasta un 100% de cacao puro.
Además, produce galletas nutritivas y polvo de cacao, todos con ingredientes naturales y sin aditivos artificiales.
“Yo no lo combino con ningún otro sabor, porque me interesa que conozcamos en el Bajío el sabor del cacao. Hay chocolate con canela, y se te viene el piloncillo de la canela, con la menta, ubicamos lo fresco. Si digo cacao, la gente no lo va a saber definir, porque no es algo que encontramos comúnmente en la zona Bajío”, explicó Carolina.
El proceso, que puede durar varias horas, asegura un producto de alta calidad, donde el tostado es crucial para extraer aromas y grasas naturales. Carolina resalta que el cacao aporta antioxidantes y magnesio, además beneficia a quienes buscan mejorar su energía y activar la mente.
Para la mamá y emprendedora, el cacao es un regalo de los dioses. Inspirada por la leyenda mexica de Quetzalcóatl y su don del cacao, su marca busca compartir este tesoro ancestral.
Los chocolates se ofrecen en diversas presentaciones para satisfacer distintos gustos: barras de 50 g con 40% de cacao en 40 pesos, barras de 30 g con 100% de cacao en 45 pesos, cacao garapiñado en 30 pesos y galletas de mantequilla con chispas de chocolate en precios similares.
Desde 2018, Alcajá ha formado parte de Marca Guanajuato, distribuye en León, Irapuato y Guanajuato Capital, sin embargo llega a diferentes municipios gracias a caravanas de emprendedores y eventos.
“Yo recomiendo ser Marca Guanajuato, siempre les digo que para mí fue el camino a seguir, porque me lleva de la mano no solamente con espacios donde mostrar mi producto, donde venderlo, sino espacios donde yo pueda hacer contacto con clientes potenciales y con capacitaciones”, resaltó Valdez, quien ahora busca llegar a mercados en Estados Unidos, Latinoamérica, Europa y Asia.
Alcajá no solo es una marca de chocolates artesanales, es un símbolo de identidad y tradición que refleja la pasión de Carolina Valdez por el cacao y su historia familiar.