Brilla bailarina regia en el escenario

La bailarina de origen leonés ha transmitido por generaciones su amor por la danza en el norte del País
Foto: Agencia Reforma

De 83 años, erguida, de cabello entrecano y facciones delicadas, María Eugenia Fuentes es pilar en la enseñanza de la danza clásica en la ciudad de San Pedro, en Nuevo León.

Fue maestra fundadora del Instituto de Artes de la UANL y de la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey, que nacían en los 70 para profesionalizar el arte en movimiento.

Su nombre completo es María Eugenia de los Dolores Fuentes Espinoza. Es la segunda de los 13 hijos de Bernardo Fuentes Reynoso y Dolores Espinoza, y decidió ser independiente y soltera.

Cuenta que nació en León, Guanajuato, y siempre supo que deseaba estudiar ballet.

“He sido muy definida en lo que quiero, pero en mi niñez no era tan fácil tomar clases porque mi padre tuvo un quiebre económico en su tenería, por lo que un tiempo vivimos en Ciudad Juárez, donde se restableció. Regresamos a León y, finalmente, llegamos a Monterrey cuando yo tenía 17 años“, comparte en su pequeño departamento, contiguo a su Centro Cultural Espacio en Movimiento, en San Pedro.

Cálida y conversadora, la maestra Maru ha tenido una amplia carrera en el estado regio, y además ha logrado continuar con su trayectoria como catedrática a través de las clases digitales.

Con la pandemia, la inquieta bailarina cerró su Centro Cultural Espacio en Movimiento, pero continuó impartiendo sesiones del método Feldenkrais por Zoom.

“Lo sigo haciendo porque a mis alumnas les pareció más cómodo y yo puedo dar las clases aun si salgo de viaje”, comenta la maestra Maru, como es conocida.

Detalla que el método Feldenkrais de Autoconciencia a Través del Movimiento, del que es instructora certificada desde el 2006, opera transformando el sistema muscular de la persona mediante el cambio que efectúa en su sistema nervioso central.

Así, se pueden reorganizar las conexiones entre el cerebro y el resto del cuerpo para mejorar la flexibilidad, postura, coordinación y aliviar ciertos dolores de forma gradual. 

La maestra Maru también fue vocal de Conarte, de 1998 al 2001 y, por su trayectoria y aportaciones, recibió la medalla y homenaje Una Vida en la Danza 2016 en el Palacio de Bellas Artes por parte del INBA y la Secretaría de Cultura del Gobierno de México.

Han pasado más de seis décadas dedicadas a la enseñanza del arte en movimiento que Maru considera un lenguaje porque transmite, apasiona y conmueve cuando las palabras no alcanzan.

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