‘Antes de ser Papa ya rezábamos por Robert Prevost’
Gerardo Zavala Vázquez, fraile agustino de la provincia de Michoacán, quien compartió un emotivo testimonio sobre su experiencia con el ahora Papa Robert Prevost.
“Todas las noches, en la oración de completas, pedíamos por el Papa Juan Pablo II y por nuestro prior general Robert Prevost. Lo conocí en una fiesta de Nuestra Señora del Socorro en el convento de Morelia. Le dije ¿entonces usted es por quien rezamos todas las noches, padre general? y me respondió con sencillez: sí, para servirle a usted y a Dios.
Sigan rezando, no dejen de rezar” recordó el fraile Gerardo Zavala Vázquez en entrevista con TV4.
Cabe mencionar que “prior general” es significado del superior segundo de la comunidad monástica con rango de abadía, que es también representante del abad.
Dicha anécdota sucedió en el noviciado en San Luis Potosí en el 2002. Ese mismo año, Zavala concluyó sus estudios y fue nombrado maestro de novicios. En esa etapa, tuvo mayor cercanía con el padre Prevost, quien acudía a presidir los capítulos provinciales: reuniones representativas dentro de organización religiosa. Su presencia siempre se distinguía por su calidez, su capacidad de escucha y su trato humano.
Más allá de su jerarquía, lo que marcó a la comunidad fue su manera de ejercer el liderazgo sin imponer, corrigiendo con amabilidad y viviendo como uno más entre los suyos. En cada visita pastoral a Moroleón, Uriangato, Yuriria y Salamanca, compartía la comida, escuchaba con atención y dejaba palabras de aliento.
“Tenía tiempo para todos, platicaba con quien se le acercara. Siempre fraterno y sonriente. En una ocasión le pedimos una foto con los novicios y accedió sin dudarlo. En esa imagen están también sacerdotes como Juan Manuel, cura del Sagrado Corazón de Uriangato, y Roberto Díaz Martínez, mis alumnos en ese entonces” relató Gerardo con orgullo.
La fotografía que actualmente se encuentra circulando redes sociales donde el fraile Gerardo comparte una sonrisa con el Pontífice León XIV fue tomada en el convento de Morelia.
“Cuando yo me enteré de la noticia yo me llené de mucha emoción, me dio mucho gusto mucha alegría, incluso pues lo vi y se le llenaron los ojos como que quería llorar y eso demuestra a una persona que demuestra y que siente que no le es indiferente y eso es lo que importa” concluyó contento.