Economía está desacelerando y no tendrá mejoras en el próximo trimestre: IP

Indican que para los próximos diez años el pronóstico de crecimiento promedio anual del Producto Interno Bruto sea del 2 por ciento
Foto: Especial.

Adelanta que por si eso fuera poco, para más adelante las expectativas siguen deteriorándose, lo que conlleva a que para los próximos diez años el pronóstico de crecimiento promedio anual del Producto Interno Bruto (PIB), sea del 2% en el país.

El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), afirma que en sus indicadores como el consumo y la inversión, que son sus principales “motores del crecimiento”, ambos se mantienen débiles y esto está provocando “que la generación de empleo formal comience a verse afectada de manera importante”.

Admite en su Análisis Económico Ejecutivo, que en materia de finanzas públicas “los resultados son razonables en lo agregado, aunque en su composición hay aspectos cuestionables” pues el gasto público ha privilegiado criterios más bien políticos”.

De acuerdo a datos estadísticos del INEGI, considera la IP que el factor incertidumbre en el último año del sexenio es el factor fundamental que mantiene afectado el comportamiento de la actividad económica del país, del cual afirma que aunque mejoró modestamente, no se perciben señales de una mejora pronunciada para los próximos trimestres.

Establece el CEESP, que la coyuntura es confusa, debido a que aunque los datos indican que al primer trimestre de 2024 el PIB creció 0.3% respecto al trimestre previo, y en comparación con un año antes aumentó solamente 1.9%, estos porcentajes resultaron inferiores a estimaciones de los especialistas que anticipaban avances de 0.33% y 2.3%, respectivamente.

Del consumo e inversión, los principales motores del crecimiento, indica que no muestran mejoras importantes y esto se refleja en el menor dinamismo de la actividad económica, así como en la debilidad de las expectativas de crecimiento.

Informa la institución privada, que la información disponible del INEGI indica que mientras que en abril las ventas al menudo reportaron un avance anual de solo 0.5%, lo que muestra una clara tendencia a la baja, la inversión fija bruta, si bien mantuvo un avance de dos dígitos al crecer 10.5%, “este fue su menor avance en los últimos quince meses y mantiene una clara tendencia a la baja”.

El empleo. De la capacidad de generación de empleo formal, puntualizó que comienza a verse afectada de manera importante, de ahí que las cifras más recientes del IMSS indiquen que durante junio el total de trabajadores afiliados al IMSS “se redujo en 29,555 registros, acumulando dos meses consecutivos con un comportamiento similar; es decir, en mayo y junio se acumuló la pérdida de 54,758 empleos registrados”.

En este entorno, las expectativas anticipan un desempeño con mayor debilidad, ya que mientras que para todo el presente año los especialistas prevén un crecimiento de solo 2.0%, para 2025 pronostican uno de 1.68%.

Agrega que lo preocupante es que para más adelante las expectativas siguen deteriorándose, ya que el consenso anticipa que el debilitamiento de la actividad económica se prolongará por varios años; y para los próximos diez años los especialistas prevén un crecimiento promedio anual de solo 2.0%, el mismo que en los últimos 30 años.

Se complica la coyuntura. Dada la resistencia a la baja que mantiene la inflación y por ende, a la política monetaria restrictiva que mantiene el Banco Central, la respuesta de política monetaria ante la persistencia de la inflación ha sido decidida: el Banco de México ha mantenido sin cambio su tasa de interés desde marzo pasado.

En materia de finanzas públicas los resultados son razonables en lo agregado. Aunque en su composición hay aspectos cuestionables.

Finanzas públicas razonables, pero cuestionables en su composición. Destaca el CEESP, que en el periodo enero-mayo los ingresos totales aumentaron a una tasa anual de 5.4% en términos reales; pero llama la atención que la recaudación por IVA creció 3.9%, “lo que sugiere que el consumo aún no se reactiva”, pues hay que considerar que tan solo en mayo la recaudación por IVA se contrajo 0.1% anual y, por su parte, la disminución de 0.9% en la recaudación por ISR da cuenta de la debilidad de la actividad económica.

En el caso del gasto público se aprecia un incremento de 17.3% anual en el lapso enero-mayo, debido a la importante asignación de recursos a los programas y proyectos insignia del gobierno.

Por el lado de su clasificación administrativa, en el periodo enero-mayo el mayor dinamismo se observó en el gasto de las secretarías de turismo y energía, que creció a una tasa anual de 205.8% y 462.5%, respectivamente; por su parte, el gasto en Bienestar aumentó 30% y en Trabajo y Previsión Social 88.8%. Por el contrario, el gasto en salud se contrajo 49.7%.

Concluye el CEESP: pareciera que el gasto público ha privilegiado criterios más bien políticos, primordialmente con proyectos del gobierno cuya rentabilidad no se ha comprobado y persisten muchas dudas sobre sus beneficios sociales y con programas de transferencias carentes de incentivos para la movilidad social y sin mecanismos para romper los ciclos de preservación de la pobreza de los segmentos sociales más necesitados.

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