Si de forma repentina se paraliza una parte de tu rostro, pierdes fuerza en un brazo o pierna, o tienes dificultad para hablar, es urgente ir al hospital.

Estos síntomas podrían ser señal de un infarto o una hemorragia cerebral, una lesión en el cerebro ocasionada por la interrupción de la irrigación sanguínea.

“Si actuamos rápido, podemos evitar no solamente que haya un daño en la función de la persona, podemos salvar la vida”, señala Fernando Góngora, de la Unidad Neurovascular del Hospital Universitario en Nuevo León.

Sobre el aumento de casos en el País, dice el especialista que “la razón es porque los sabemos detectar más rápido, pero también porque hay más contacto con factores de riesgo”. Este mal también conocido como embolia, es la forma más común de ictus.

Ocho de cada 10 de estas enfermedades son infartos, mientras que las dos restantes son hemorragias cerebrales, también llamadas derrames.