Mereira Gracia, una madre de 3 hijos y comerciante desde hace 36 años, ha dedicado su vida a la venta de todo tipo de productos, desde ropa y jugos hasta botanas y cerámica. Actualmente cuenta con un puesto de dulces “me gusta vender dulces porque así llamo la atención de los niños, me gusta mucho el contacto con la gente” compartió.

El interés por ser comerciante nace a través de su madre quien también dedicó toda su vida a vender zapatos, desafortunadamente su madre falleció cuando ella tenía 15 años y desde entonces tomó las riendas de seguir ese legado.

Mereira, se levantaba todos los días a las 7 de la mañana para trasportar su mercancía en un diablito pero ahora lo hace en su camioneta, que con mucho esfuerzo logró comprar. Al ser madre y vendedora atravesó por situaciones complicadas debido al estado de salud de su hija al tener convulsiones desde los 8 meses.

“Le hablaba a mi hermana diciéndole que mi niña se había puesto mal, dejaba el puesto tirado y no importaba si me llegaban a robar lo que me importaba era mi niña” expresó mientras lagrimas deslizaban sus mejillas.

La violencia que sufrió en su matrimonio provocó su divorcio pero ahora, es una madre capaz de hacer cualquier cosa por sus hijos. Además de ser comerciante, también es promotora de galletas Cuétara en la central de abastos desde hace 18 años.

Antes de eso trabajó un tiempo en el Bara “a mis hijos no los disfruté, a veces los tenía que dejar solos en la casa y cuando trabajaba en el Bara me daban chance de ir a verlos un ratito o la encargada me daba permiso de que se quedaran en la bodega” compartió la comerciante.

Gracias a su perseverancia, la emprendedora ha logrado comprar su propia casa, pero su mayor recompensa para esta madre ha sido ver a sus hijos convertirse en personas de bien.

“Ha sido mi vida el comercio, pero ahorita tengo desgaste de rodillas y hombros, pero aun así, aquí sigo“. Su historia es un ejemplo inspirador de la fuerza y amor de una madre emprendedora.