La pasión por sus motocicletas es razón suficiente para que bikers de todo el mundo, inviertan fuertes sumas de dinero en este pasatiempo.

Prueba de ello, son algunas de las historias que podemos encontrar en la Motofiesta León XXII.

“Yo manejo una Kawasaki 2002, nómada con pintura personalizada, parabrisas frontal y audio, yo creo que le he invertido unos 40 mil pesos además de lo que pagué por ella” compartió Jesús Salazar, Miembro del Motoclub Helheim.

Una moto cuesta desde 30 mil pesos, hasta casi 1 millón, sin contar los accesorios que muchos agregan para mejorarla.

Puede ser un cambio de llantas, donde una sola cuesta entre mil y 15 mil pesos, retoque de pintura que en promedio cuesta 20 mil o una mejora de asientos que llega hasta los 40 mil.

Sin embargo, en el mundo del motociclismo, también hay quien prefiere no invertir más de lo necesario en su vehículo.

Este es el caso de Edgar Cobián, quien maneja una Suzuki Hayabusa GSX 1300 desde hace una década y solo ha gastado 25 mil pesos para reparar el motor.

“Muchos invierten en la estética, pero sabemos que si tiene muchas calcomanías o se ve bonita no es garantía de que vaya a durar mucho. Yo solo he invertido poco porque al exterior quise dejar mis “heridas de guerra”, explicó.

“Cada caída, cada kilómetro que he rodado tiene algo muy especial, a mí me han enseñado que te caes y te vuelves a levantar”, finalizó.

Foto: Antonio Partida. Edgar Cobián.