Durante las tardes, al terminar con sus responsabilidades escolares, el pequeño Miguel Ángel Gel Saucedo, de 9 años, en compañía de su mamá y sus dos hermanas mayores, se dirige hasta la fábrica de suelas de sus padres, ubicada en la colonia San Miguel.

Para él, el fuerte aroma a químicos y el sonido de  las máquinas en movimiento, no son desagradables, sino el lugar perfecto para convivir con su familia y aprender sobre el oficio.

Mientras sus hermanas ayudan en producción y administración, Ángel inicia su jornada acompañando a su papá a entregar pedidos de suela con diferentes clientes, espacio que ambos aprovechan para platicar un rato de su día.

Cuando regresa a la fábrica, ayuda a su mamá a separar la suela por puntos y armar paquetes para entregar al siguiente día; y aunque no es muy frecuente, su actividad favorita es sacar la suela recién hecha de los moldes junto a su compañero Juan.    

Desde pequeño mostró interés por participar en la fábrica, señaló que se sentía con la habilidad suficiente para hacer tareas básicas que mejorarían la calidad de vida de su familia, y con ello crecería el negocio de sus padres, que sin duda, le gustaría dirigir en algún momento de su vida.   

Ángel comenta que el negocio familiar significa para él “convivencia y felicidad, porque podemos convivir más tiempo juntos, entregando, trabajando juntos, (…) para seguir como de generación en generación”.

El pequeño, contagiado del espíritu emprendedor de sus padres, se ha dado cuenta del valor y esfuerzo que significa trabajar para lograr grandes cosas.

Aunque también le gusta la actuación, actualmente reconoció estar muy orgulloso del trabajo de su familia, y del crecimiento que han tenido en tan sólo cinco años, pues en un inicio rentaban la fábrica, y actualmente están en proceso de convertirse en dueños.