Se cubrió de sangre para parecer muerta

Miah Cerrillo, de 11 años, fingió estar muerta el día que Salvador Ramos, un joven de 18 años, entró a su salón de clases en Uvalde, Texas, y comenzó a disparar
Foto: Especial.

En entrevista con la cadena CNN, la menor contó que ella y sus compañeros estaban viendo la película de “Lilo y Stitch” con sus dos maestras, Eva Mireles e Irma García, cuando les fue informado a éstas que había un hombre armado en el plantel.

Según su relato, una maestra fue hacia la puerta para cerrarla, pero el tirador ya estaba ahí y disparó hacia la ventana.

“Buenas noches”, le dijo Ramos a una de las docentes y le disparó.

Luego le disparó a la otra maestra y a los compañeros.

La alumna dijo que las balas volaron a su alrededor y fragmentos impactaron en sus hombros y cabeza.

De acuerdo con su testimonio, el tirador luego fue al salón de junto y disparó también. Cuando los balazos pararon, dijo, Ramos puso música triste a todo volumen.

Temiendo que el tirador regresara a su salón y la matara, se embarró las manos con la sangre de un compañero y se la untó encima para hacerse la muerta.

Cerrillo fue tratada en el hospital, y ahora, comentó, se le caen mechones de cabello.

Su madre aseguró que la menor está traumatizada y no ha podido dormir. Junto con su esposo abrieron una cuenta en GoFundMe para pagar la terapia de su hija.

Menores del mismo salón contaron experiencias similares.

Samuel Salinas, de 10 años, dijo a la cadena ABC que él y otros alumnos fingieron estar muertos después de que Ramos abrió fuego sobre la clase. Samuel fue alcanzado por una esquirla en el muslo.

Disparó contra la maestra (Irma García) y después contra los chicos“, sostuvo el menor. García murió en el ataque y su esposo, Joe García, falleció el jueves al parecer de un ataque cardiaco.

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