Ratifica Adriana Barraza su amor por la actuación

La actriz mexicana nominada al Oscar ofreció una master class en el marco del homenaje con el que el Festival Internacional de Cine de Guanajuato reconoce su trayectoria
Foto: Especial.

Arturo Garibay

El currículum de Adriana Barraza es impresionante. La actriz ha trabajado en proyectos de cineastas como Alejandro G. Iñárritu, Jorge Ramírez Suárez, Patricia Riggen, Robert Rodríguez, Guillermo del Toro o Sam Raimi.  Sus actuaciones le han valido ser nominada al Oscar (Babel, 2006) y ganar la Diosa de Plata, entre otros reconocimientos.

En el marco del homenaje que se le rinde dentro de la 25ª edición del Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF), Barraza ofreció una master class ante la prensa, público e industria.

En la actuación “encontré algo que me hacía sentir muy bien y que no me salía tan mal. Yo estaba en la escuela y ahí fue que empecé a explorar algo que hoy se convierte en 50 años de trayectoria”, recuerda la actriz y también profesora de actuación.

“Mi mamá era cinéfila de corazón. Nos llevaba el cine siempre. Cuando estaba en kínder, mi hermano me llevó a ver El Mago de Oz (1939), esa es la primera proyección de cine que recuerdo: la oscuridad, la imagen en blanco y negro y que luego venía un estallido de color”, cuenta Barraza.

“Cuando comenzaba mi carrera, el teatro era mi guarida, pero yo no dejaba de ir al cine, era algo que formaba parte de mi vida”, recuerda la actriz. “Me acuerdo que Cría Cuervos de Carlos Saura me dejó maravillada y yo me imaginaba que caminaba por las calles de Toluca a los 15 años y que un carro se detenía a mi lado. Al bajarse el cristal, imaginaba que era Carlos Saura y me decía desde la ventana del coche: ‘tú, tú serías muy buena para hacer cine’ […] el cine me hacía pensar en cómo es que los autores visualizaban al ser humano para ponerlo en escena y contarnos historias”.

Barraza define la actuación como “escucharse el uno al otro en el escenario, saber qué le pasa al de enfrente para poder comunicarse”. Y concluye que “mi papel como actriz es encontrar veracidad, pero también soy una parte de un gran todo que el director necesita para contar una historia. Yo estoy consciente de eso”.

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