Recordaba vívidamente el autogol de Davino que le dio el campeonato a Cruz Azul en esa primera final que le disputó a León a principios de los setenta.

Tenía presente que él mismo impulsó con la espalda un balón en meta propia, para perder una final ante Toluca.

Admiraba como un “porterazo” a Dario Miranda. Eran los tiempos de Albretch, Luis “El Chino” Estrada, Jorge Davino, Roberto Salomone, Marcos Flores, el “Chupón” Rodríguez y el “Pollo” Venegas.

Pero leoneses leoneses, él, Manuel Guillén, y el “Chepe” Chávez, han sido la mejor tripleta que ha dado esta ciudad en toda la historia Esmeralda.

El Cuirio tenía futbol para acoplarse en cualquier cuadro de la época, y por eso no desentonó como pareja en la central de quien sería su mentor, el argentino Rafael Albretch.

Tantos astros que derrochaban talento con el balón parecían destinados a darle un campeonato al León, pero de dos finales, una ante el Cruz Azul y otra ante el Toluca, perdieron las dos.

En total, las cuatro finales perdidas con su querido León, ya no significan nada.

Héctor “Cuirio” Santoyo el hombre de barrio, el de la calle Coahuila, en la Bellavista, se adelantó en el camino.

Descanse en Paz.