Quedan páginas por escribir.

Tras el retiro de Lorena Ochoa, el golf mundial volvió a parecernos ajeno, aunque ya hay nuevas generaciones de mexicanos para escribir historia en ese deporte.

Sin duda nadie nos acercó tanto al golf como Lorena Ochoa, la mejor golfista mexicana de todos los tiempos.

Con sus 27 victorias en el LPGA Tour, el máximo circuito del golf femenino profesional, la tapatía es una de las 50 mejores jugadoras de todos los tiempos, en el puesto 22º de la lista.

Gracias a ella, en México se dimensionó el alcance del golf como nunca antes y se vivieron en corto triunfos que antes nos fueron ajenos.

Abraham Ancer y Carlos Ortíz, son la actualidad nacional de un deporte que no ha escrito todavía sus mejores páginas, pero cuenta con los elementos para hacerlo.

Por su ascendencia mexicano-estadounidense, nos identificamos con el texano Lee Treviño, en los campos de golf de El Paso, Texas.

En 1967 se posicionó en quinto lugar del US Open, torneo que ganaría al año siguiente.

En 1971 se convirtió en el primer jugador en ganar el Abierto de Estados Unidos, el Open Championship británico​ y el Abierto Canadiense de Golf en un mismo año.

Vinieron después nombres como Jack Niklaus, Sam Snead, Bill Whedon, y por supuesto Tiger Woods, entre otros, quienes de alguna forma nos han mantenido pendientes del golf.

Acabamos de tener representación de nuestro golf en Tokio 2020, con nuestra abanderada Gabriela López incluida.

Será cosa de tiempo para volver a acercarnos a este deporte y conseguir las satisfacciones que por ahora han vuelto a sernos ajenas.

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