El nuevo piloto de Red Bull ya probó el monoplaza, de manera virtual, desde Shanghai y encontró una puesta a punto que le permitió sentirse cómodo sin perder velocidad.

Sin embargo, a la hora de llegar a la pista, la confianza desaparece, tal y como le ocurrió a su antecesor Liam Lawson en Australia y China.

“Pasé unos dos días en el simulador. A partir de esa experiencia, no me resultó muy difícil conducir el automóvil. Sin duda, tuve la impresión de que el frente era muy puntiagudo, como se dice con frecuencia.

“Si me preguntan si el auto era difícil de conducir, no diría que me hizo sentir extraño en el simulador”, compartió el nipón, quien debutará en el equipo de las bebidas energéticas este fin de semana en el Gran Premio de Japón.

El principal problema de los excompañeros de Max Verstappen es que los estilos de conducción no se compaginan con los bólidos, pues el diseño parte de las necesidades del neerlandés.

“La forma en que quiero ajustar el automóvil es, por lo general, diferente a la de Max. Mi objetivo es desarrollar mi propio ajuste, comprenderlo bien y, a partir del primer entrenamiento libre, alcanzar la velocidad de forma gradual“, sentenció Tsunoda.