No motivan Juegos Olímpicos a los franceses

Habitantes de París admitieron que no están felices y no se sienten orgullosos de que los Juegos Olímpicos se realicen en su ciudad
Foto: Agencia Reforma

Un siglo después de haber albergado sus últimos Juegos Olímpicos, Francia echa la casa por la ventana con casi 6 mil millones de euros de inversión y se prepara para ser, por tercera ocasión en su historia, la protagonista de la contienda deportiva más importante del mundo.

A 100 días de su comienzo, autoridades y organizadores están puliendo los últimos detalles de mobiliario, pues alrededor de puntos turísticos, como la Torre Eiffel y la Plaza de la Concordia, ya se alcanzan a ver las gradas azules que utilizarán los visitantes.

Entre las competencias que tendrán el privilegio de ver como fondo a la Gran Dama de Hierro se encuentran el voleibol de playa, la lucha y el judo, de los cuales, el spot más avanzado por el momento es el de arena.

Ante este ambiente, el ánimo de turistas no se ha hecho esperar e, incluso, los fierros de las tribunas y grúas que se mantienen en avenidas como Des Nations Unies, que atraviesa el famoso Trocadero, han sido víctimas de fotos que los visitantes guardan celosamente.

Con la llegada del buen clima primaveral que rebasa los veinte grados, los parisinos que habitan en el barrio aprovechan de sus últimos momentos de tranquilidad para hacer caminatas o salir a trotar en los jardines de Champ de Mars previo a la llegada de los casi 16 millones de visitantes que espera la capital gala.

Una de ellas, Caroline, una francesa de 67 años que ha vivido en el distrito siete durante casi dos décadas, llegó desde una pequeña ciudad de Normandía en busca de más actividades recreativas, un mejor trabajo y nuevas amistades a la gran metrópoli, pero, tras el crecimiento de la ciudad y el aumento de turismo, cada día se convence más de que sería mejor volver a la provincia.

“París es una ciudad muy bonita para visitar, está llena de museos, parques, pero ahora mismo no tiene la misma calidad de vida que antes, las autoridades francesas no piensan en nosotros con este tipo de eventos”, destaca, mientras voltea hacia las gradas y niega con la cabeza.

Laurent, un soltero de 54 años, afirma que, si bien, no le molesta que el megaevento se lleve a cabo en su ciudad de residencia, tampoco pretende quedarse pues “ya ha visto suficientes turistas”.

A Noel, un padre de familia francés que trabaja de lunes a viernes en el noveno distrito, junto a la Ópera Garnier, le decepciona que el sentimiento patriótico entre franceses ha decaído año con año, pues, afirma, que ni sus amigos o compañeros del trabajo se sienten orgullosos de que el país fue elegido para un evento de tal magnitud.

“No estoy en contra de que los juegos se hagan aquí, no he sentido más problemas en el transporte público que los habituales. Aquí hay un sentimiento muy individualista y me entristece que, en vez de sentirnos orgullosos y mostrar que Francia es un lugar increíble, los propios franceses, nos haremos a un lado”.

Aunado a ello, otra situación que ha bajado los ánimos es el informe de la Fundación Surfrider, quien hace unos días advirtió sobre la prevalencia de bacterias y restos fecales en el Río Sena, el cual, hasta el momento, se considera no apto para su uso recreativo.

De acuerdo con el estudio, desde el año pasado la ONG presentó un análisis bacteriológico a la Alcaldía de París, que respondió con la lista de acciones previstas para garantizar un lugar apropiado para los deportistas.

Uno de los proyectos que, presuntamente, ya se encuentra en marcha, es la instalación de un cuenco con capacidad de 50 mil litros de agua potable de más de seis kilómetros de largo, encargado de separar el agua del río de la filtrada.

Este cuenco funcionaría como una gran piscina que daría la ilusión de que los atletas están nadando sobre el Sena, pero sin correr peligro, por lo que es la mayor apuesta de la alcaldesa, sin embargo, aún se desconoce el porcentaje de su avance.

Otra de las incertidumbres que nacen tras el contexto de amenazas islamistas y los enfrentamientos entre Ucrania y Rusia, así como entre Israel y Palestina, es la seguridad, a lo que el Ministro del Interior, Gérald Darmamin, ha subrayado que se hará todo lo necesario por mantener a salvo a la gente que visite el país durante el magno evento.

Así, serán 45 mil elementos de seguridad y 10 mil militares quienes tendrán la misión de velar por los Juegos a partir de la llegada de la llama Olímpica, el 8 de mayo a Marsella, hasta la Clausura de los Paralímpicos, el 12 de septiembre.

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