La calidad de los boxeadores mexicanos jamás ha estado en duda, pues hay para dar y prestar en la historia de nuestro pugilismo.

En todos los tiempos y en todas las categorías han puesto en alto la fortaleza y el espíritu combativo de los nuestros.

Si hablamos de cantidad de campeones, una de las mejores épocas se vivió a mediados de la década de los setenta, cuando llegamos a sumar hasta cinco, tanto del CMB como de la AMB.

Sobresalieron Carlos Zárate, del Consejo, y Alfonso Zamora de la Asociación, cuyo combate conocido como “La pelea de las Zetas” fue todo un acontecimiento.

Pero estaba también como titular mundial welter de la AMB, Pipino Cuevas, auténtico barretero capaz de acabar con sus oponentes de un solo golpe, pero con mandíbula de cristal.

Los aires del sureste traían ya nombres que darían mucho de qué hablar sobre los cuadriláteros.

Miguel Canto, el más grande esgrimista que ha dado el boxeo mundial, fue campeón mosca del Consejo y aunque carecía de punch, masacraba a sus rivales, quienes acababan con el rostro desecho.

Detrás del maestro yucateco, ya se formaban sus paisanos Guty Espadas, campeón de la Asociación, Fredy Castillo y el welter Joe Baquedano.

Sin duda, los 70 fue una época de auge en cuanto a calidad y cantidad de campeones mexicanos de boxeo.