El 18 de Diciembre es una fecha que todo “fresero” conoce
Hagamos un repaso de lo que sucedió ese día donde el entrenador era mi querido Juanito Alvarado. Ese señorón que besaba sus santitos cada que anotaba gol la trinca. Jugadores como Christian Morales, Martín Rodríguez, Samuel Máñez, Ramiro Brizeño, José Enrique García, Jesús Gutiérrez entre otros.
Fíjese usted, pues estos guerreros de rojo y azul se prepararon con todo para ser el mejor de aquel torneo con 38 unidades. Cosa curiosa y dato personal si me permiten, mi papá me llevaba todos los sábados a las 7 de la noche al estadio, yo era una mocosona con 11 años de edad pero en la final me quedé en casa para prender el cirio y rezarle a todos los santos jajaja aunque yo si quería ir.
Bueno, el punto es que esos jugadorazos accedieron a los cuartos de final y se enfrentaron a la piedad donde lo eliminaron, por cierto, el goleador de ese torneo, ¿quien creen que fue? El mero mero “che” Tractor Morales, viste con 17 dianas.
Ahí está el detalle che, bueno seguía, luego se enfrentó a Zacatecas, donde ¿saben lo que pasó? La trinca los dejo fuera.
Y había un equipo que también era bueno, Zacatepec, y ese fue el rival que los freseros enfrentaron en la final.
Partido en el estadio Sergio León Chávez, con un lleno espectacular, que solo vi en la tele porque ya les conté la historia. El punto fue que Irapuato en el partido de ida le ganó 3-1 a los de Morelos y la vuelta era en casa, así que los cubeteros, los chicles, paletas, pistaches, las paletas de yogurth, los chicharrones con chile y si tronaron ahí para los freseros.
Fueron 26,000 espectadores, el árbitro fue Armando Archundia y así inició el primer tiempo, con llegadas de ambas escuadras, pero al minuto 27 Martín Rodríguez puso el 1-0, Laurenco Andrade empató al minuto 45. Puros tirititos.
Segundo tiempo, Christian Morales, con pundonor y gloria ponía el 2-1 al 62 y solo 5 minutos después José Juan Rivera ponía el empate de nuevo.
El silbatazo final se dio pero en el global la trinca ganó 5-3. Ya era campeón y la gente ondeando banderas, gritando “Trinca, trinca” y los jugadores felices de la vida.
Esa historia, esos jugadores quedará en vitrinas, en prensa escrita y en los ojos de cada aficionado y aquí les dejo una cancioncita de la trinca.
Feliz, feliz de ser fresero, lo que más quiero es ser campeón, no me arrepiento de qué, de ser fresero porque mi padre me lo heredó.
Por Diana León.