“Juanjo” se convirtió en papá de Bastian hace poco más de cuatro años y su foco de vida empezó a cambiar. Se dio cuenta —cuando su hijo tenía apenas dos años— que había estado ausente la mayor parte del tiempo por atender lo aparentemente importante.

Hoy, para Juanjo la palabra papá significa apego, revindicar y luchar contra un estereotipo machista para tocar una masculinidad —en definitiva— más plena. “En mi experiencia y, sobre todo, en el estudio sobre el tema de paternidad, concienticé que para que valga la pena, hay que sacrificar lo personal por el bien de él. Esto se traduce directamente, en el tiempo real de presencia y focalizado a vincularse y establecer su apego seguro, cada segundo cuenta”, nos explica.

Lamenta que haya una lucha constante en una sociedad que, para lavar la culpabilidad, te “consiente” con argumentos como: “es para darle todo lo que necesita” o “le doy tiempo de calidad”, cuando en realidad lo único que es de mayor valor para él, es precisamente el tiempo… el mayor posible”.

Plenamente consciente de lo que significa ser padre, Juanjo asegura: “Tengo claro el cambio que he tenido como papá, así como el tiempo que he invertido y que seguiré invirtiendo. Ya después vendrá tiempo para seguir en donde me quedé… Por ahora, sus memorias para un futuro, son las que no cambiaría por nada”.