‘Embriaga’ a leoneses octava edición de Ópera Picnic

Así se vive la primera de las tres fechas del ya tradicional Ópera Picnic del Teatro del Bicentenario Roberto Plasencia Saldaña
Footo: Cortesía.

Los chubascos que habían azotado la ciudad los pasados días dieron tregua. Quizá fue el deseo de los miles que esperaban con ansias la noche del 13 de abril para apoderarse del jardín del Teatro del Bicentenario Roberto Plasencia Saldaña en el ya tradicional Ópera Picnic.

Alrededor de las 5:30 de la tarde, los primeros grupos comenzaron a llegar al atrio del teatro. Cargados con canastas de mimbre cuyo contenido era tan misterioso como apetitoso.

Las siete de la noche marcó el reloj cuando las cintas de acceso se abrieron. Un suave jazz recibía a la audiencia que de inmediato buscó los lugares que más le favorecían.

Sobre aquellos petates o manteles, los cientos de asistentes dispusieron trufas, vinos, quesos y demás viandas que aguardaban la tercera llamada.

Pero para quienes no llevaron provisiones, o no las suficientes, comercios locales ofrecían tortas, chilaquiles, donas, botanas, café, agua y más.

Algunas botellas de vino se resistieron a la espera y resbalaron por las copas para llenarlas del Elixir del Amor antes de que se levantara el telón.

Un licor como el que mantuvo embelesado a Nemorino (Ramón Vargas) en la historia, obra de Gaetano Donizetti, que se proyectó con gran júbilo como lo hiciera en 2011 en la sala principal del Teatro del Bicentenario.

En ese sentido, Felipe Reyes Barragán, coordinador de Promoción y Vinculación del Teatro explicó que esta iniciativa es una oportunidad para que tanto amantes de la ópera como quienes quieren conocerla, disfruten de las propuestas en un formato relajado y para toda la familia.

Asimismo, afirmó que tal ha sido el éxito del Ópera Picnic que ya se ha llevado a Irapuato y, próximamente, también estará en otros municipios.

El toque jocoso y cómico del primer acto puso a reír a los cientos bajo la luna. María Aljandres como Adina conquistó con su aria “Prendi, per me sei libero”. Pero no fue hasta la interpretación de Vargas de ‘Una Furtiva lagrima”, que los presentes bebieron el trago amargo que a veces trae consigo lo que llamamos amor.

Al final, esta ligera, pero entrañable historia robó el corazón de más de uno que preguntó a su compañía, ¿venimos mañana?

El viernes, también de Gaetano Donizetti, se presenta Lucia de Lammermoor; en tanto, para cerrar el telón, o mejor dicho, el proyector, La Bohème de Giacomo Puccini.

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