Cada 2 de febrero, Día de la Candelaria, la tradición manda comer tamales. México es poseedor de, por lo menos, 500 tipos de tamales en todo el país. Pero, ¿sabes cuál es el origen de este delicioso alimento?

Tamal viene del Náhuatl tamalli, que significa “envuelto”, y como su nombre lo indica, datan de la época prehispánica cuando los mexicas los elaboraban para honrar a Tláloc, dios de la lluvia en tiempos de inicio del ciclo agrícola.

Según Érika María Méndez Martínez, docente en antropología por el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), refirió para la revista de ciencias de la casa de estudios que Fray Bernardino de Sahagún en sus crónicas, describió que en esa época los mexicas preparaban tamales y los ofrendaban en altares a deidades como Xilonen, diosa del maíz tierno y Huitzilopochtli, dios de la guerra.

El mismo historiador plasmó en su libro Historia General de las Cosas de Nueva España que desde antes de la llegada de los conquistadores españoles, los pobladores ya elaboraban los tamales con ingredientes como maíz, verduras, hongos, gallina, ahuautle, larvas de mosca, e incluso, perro.

Los tamales en ese tiempo eran más apelmazados y no siempre cocinados al vapor, sino que también eran puestos en fogones con leña.

Con la conquista, la receta de tamales se ha diversificado y adaptado a los gustos de los comensales. Ahora ya se usan ingredientes inimaginables como chocolate, queso crema, frutas, incluso mariscos; pero en algunas regiones se conservan ingredientes que comían nuestros antepasados como es el caso de los tamales de quelite que se consumen en el sur del país, o los de ceniza que se consumen en nuestro Estado.

Foto: UNAM.