La Real Academia Española lo define como “sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo”.

Así es el amor. En la cancha, el cariño del futbolista hacia un equipo, se refleja en los títulos ganados, la fidelidad y el reconocimiento de la afición que disfrutó y gritó con una barrida, un rechace en la línea de gol o la anotación que consiguió un título.

Una novela de amor verdadero en el futbol es la de Paolo Maldini, defensor central, una leyenda de la institución “Rossonera”, el AC Milan. Su historia inició desde su padre Cesare, que si bien no fue el único equipo en su carrera, forjó ahí un romance, consiguiendo la Copa de Europa del club en 1963, primera incluso para un equipo italiano.

Paolo, la segunda generación de los Maldini, heredó el amor por el equipo y así lo demostró desde los 10 años de edad en las fuerzas básicas y durante 24 años como profesional desde el día de su debut en 1985.

Fueron 902 partidos de amor “Rossonero”, Paolo fue un ejemplo de profesionalismo, clase y éxito, fue uno de los mejores defensores en la historia del balompié, ganó cinco Copas de Europa, siete campeonatos de Serie A y una “Coppa” de Italia.

Hoy, otra generación de esta dinastía continúa esta historia de amor: Daniel.

Pasión de familia

Cesare Maldino consiguió también cuatro “scudettos” y participó en total en 412 juegos. Paolo Maldini jugó durante 24 años con el AC Milán, Daniel Maldini, su hijo, debutó en 2019, a los 18 años