‘Beto’ Villafuerte comparte la trisomía del arte y el amor
Gilberto ‘Beto’ Antonio Villafuerte Enríquez es un joven leonés de 32 años que ha encontrado en el arte una forma de expresión única.
“Yo puedo hacer muchas cosas: pintura, piano, actuación, natación y muchas cosas. Nosotros, los chicos con Síndrome de Down, tenemos muchas habilidades y experiencias de vida”, comentó.
A los 15 años, Beto encontró su pasión en la pintura y la música, y con el paso del tiempo ha perfeccionado su técnica en ambas disciplinas.
Con más de 80 obras, sus cuadros están inspirados en la naturaleza, imágenes religiosas y en la ciudad de León.
“Me gustan mucho los colibríes porque me recuerda a mi papá José de Jesús Villafuerte que falleció; me recuerda a esas personas que ya están en el cielo”, explicó Beto.
El 21 de marzo se conmemora el Día Mundial del Síndrome de Down, un trastorno genético que se produce cuando hay una copia extra del cromosoma 21, es decir una trisomía.
En México se calcula que hay 200 mil personas con Síndrome de Down distribuidos por todo el país, de acuerdo con la asociación RED Down México.
A nivel mundial uno de cada mil 100 nacimientos es diagnosticado con síndrome de Down, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Mientras que en México, el Sistema Nacional DIF indica que la ocurrencia es en uno de cada 691 nacimientos y se da en mayor recurrencia en mujeres que se embarazan después de los 35 años.
La doctora Tania Vargas, especialista en Síndrome de Down explicó que no se trata de una enfermedad sino de una condición de vida.
“Como sociedad necesitamos empezar a crear estos sistemas de apoyo en la parte de salud para que la familia tenga una información adecuada, certera y concisa, que sepan que realmente pues el síndrome de Down es una condición con la que van a vivir, pero que pueden desarrollar su vida en igualdad de condiciones que todos”, explicó.
La casa de la familia Villafuerte Enríquez se ha transformado en un museo que exhibe las coloridas obras de Beto, donde destacan sus cuadros de colibríes y la imagen de la Virgen de Guadalupe.
“Cuando cumplí 15 años de casada, fui a darle gracias a la Virgen y le dije: si en algo te puedo servir, tú dime. Al mes me doy cuenta que estoy embarazada y fui y le reclamé. Cuando nace Beto, lo primero que se me viene a la mente fue que él fue una bendición de Dios. Yo no le llamo Síndrome de Down, le llamo Síndrome del Amor”, relató Ofelia Enríquez, madre de Beto.
La educación ha sido fundamental para maximizar las habilidades del joven artista.
“Nos dimos a la tarea en la familia de tratarlo normal y creo que esa fue la clave para lograr muchas cosas. Hay mucha tendencia a sobreprotegerlos porque creen que no pueden, y en realidad, ellos pueden hacer lo que sea”, afirmó.
La madre de cinco hijos reflexionó sobre cómo tener a Beto le ha enseñado a vivir con mayor tranquilidad y confianza.
“Entendí que como mamá, mi tarea es dejarlo lo más independiente posible. Entendí que dándole a él la mayor apertura y confianza, con la ayuda de Dios, él va a salir adelante el día en que uno falte”, compartió.
A través del arte, Beto Villafuerte ha encontrado un vehículo para expresar su amor, y su vida es prueba de que todos pueden contribuir al mundo de maneras sorprendentes y significativas.