El sabor de ‘El escalón del Cielo’
El Cerro del Cubilete ha sido testigo por más de 40 años de una historia de esfuerzo y amor por la cocina.
A los seis años, Marta Gutiérrez Ibarra, aprendió los secretos de la cocina de la mano de su madre, Lucina Ibarra, quien a sus 89 años es su fuente de inspiración.
“Hacer tortilla lo aprendí con mi mamá. Ella me enseñó a moler en el metate y luego a hacer atole de maíz”, recordó Marta.
Compartir esta herencia culinaria y la necesidad de sacar adelante a su familia fue la motivación para abrir la fonda ‘El escalón del Cielo’ en 1980.
“Puse el negocio de recién casada, como somos de bajos recursos, no teníamos cómo absorber los gastos, no teníamos casa para vivir, no teníamos para hacer nuestra casita”, comentó.
Desde hace más de cuatro décadas, Marta, de 65 años, se levanta antes de que salga el sol para caminar medio kilómetro desde su hogar en la comunidad de El Cubilete hacia la montaña de Cristo Rey, y desde las seis de la mañana comienza a preparar su deliciosa comida.
Su fonda se ha convertido en un lugar donde los visitantes pueden deleitarse con quesadillas y gorditas de guisados como chicharrón prensado, huevo con chile rojo, frijoles, papas con chorizo y chiles rellenos.
El nombre ‘El escalón del Cielo’ fue inspirado por unos sacerdotes de Veracruz que, al probar sus platillos, le comentaron que allí estaban a un escalón del cielo.
Marta ha logrado mantener su negocio a flote, construir su casa y también brindar a sus seis hijos varones y una hija la oportunidad de estudiar en la universidad.
“Me siento muy satisfecha y me gusta mi trabajo, yo lo hago con gusto”, expresó.
La herencia culinaria de su madre es un tesoro que Marta comparte con las nuevas generaciones.
“Yo quisiera que todo el mundo se enseñara, por eso ya estoy enseñando a mis nietas a hacer tortillas”, comentó.
‘El escalón del Cielo’ es un legado que combina el sabor de la comida tradicional con el amor y el esfuerzo de una madre que ha luchado por su familia.