Durante 40 años, Mario Arellano Martínez ha sido el encargado de endulzar la experiencia de miles de visitantes en la Feria Estatal de León.

A sus 60 años, Mario es la tercera generación de su familia dedicada a la venta de algodones de azúcar, un negocio que comenzó su abuelo.

“Nosotros empezamos con una maquinita manual, dándole vueltas, y poco a poco hemos ido adaptando nuestras máquinas a motores eléctricos”, explicó.

Integralidad, amabilidad y dedicación son algunas de las características que han hecho que Algodones Lalín, a lo largo de los años, se convierta en un punto de encuentro para las familias que recorren la feria.

Una de las especialidades de Mario es el algodón de azúcar de 2.10 metros de altura, así como el circular o de “bolita”, que no sólo llama la atención por el tamaño, sino que se ha convertido en un símbolo de amor y reconciliación.

“Muchos enamorados me piden que les prepare un algodón de azúcar con un anillo de compromiso escondido dentro, o con una carta para pedir perdón, en lugar de permiso, y llevárselo a sus novias; a veces me lo piden cuando salen del Palenque”, comentó.

Para él, es un honor ser parte de esos momentos especiales en la vida de las personas.

Durante el resto del año, Mario también ofrece sus deliciosos algodones en el Zoológico de León.

Los precios de sus productos varían entre 30 y 200 pesos de acuerdo al tamaño del algodón.

Con una jornada que va de 10 de la mañana hasta la una de la madrugada, Mario se asegura de que cada día de la feria esté lleno de alegría y dulzura.

“Me da mucho gusto que la gente siga conservando las tradiciones del algodón de azúcar, y qué mejor que vengas aquí a pedirlo, yo estoy aquí para servirles”, expresó Mario.

La Feria Estatal de León se llena de color gracias a comerciantes como Mario, quien no sólo vende un producto, sino que también crea experiencias memorables para quienes lo visitan.