“Que bonito pensar que la paz puede ser algo que nosotros podemos hacer a nuestro modelo”.

Rigoberta Menchú, activista y ganadora del premio Nobel de la Paz 1992, presentó la conferencia magistral ‘Construyendo Puentes de Paz’ por primera vez en la ciudad de León, donde habló de los cuatro códigos de principios para alcanzar la conciliación, misma que enfatizó es responsabilidad de todos.

“El ciclo de vida del ser humano es mucho menos que cualquier otro ser como un río, un cerro, montaña; los humanos tenemos un código de vida muy contado dentro del planeta y dentro de nuestra estancia solo tenemos una posibilidad de que las huellas que dejemos sean huellas significativas que te hagan recordar, valores, principios, y es por ellos que siempre hablo de los códigos de principios”, comentó.

Destacó la gratitud, perdón, humildad y la reciprocidad como actitudes esenciales que si se practican “desde los espacios más pequeños de la vida, se crea una cultura” con el fin de servir y tener la sensibilidad que termina por convertirse en una agenda común, es decir, acciones que provoquen el cambio.

“Si experimentas en tu vida una humillación, es vulnerar al ser humano, pero también la vulneración del que humilla que desafortunadamente es descargar tu ira contra el otro, pero no sabes que lo que estás haciendo es un daño de enfermedad que hoy podemos comprobar que el odio es miseria humana para quien lo practica, pobreza, conflictos, racismo, discriminación, es que te privas de tu propia sensibilidad”, comentó.

Sostuvo que la prevención de nuevos conflictos se da desde un esfuerzo mancomunado donde el gobierno, empresarios y la ciudadanía en general, tienen que participar en la búsqueda de soluciones pacíficas, medidas y negociaciones que ante todo pasen por la educación, porque “así es como verdaderamente se crea una cultura de paz”.

“Qué bonito pensar que la paz puede ser algo que nosotros podemos hacerlo a nuestro modelo, a nuestro estilo, a nuestra marca, a nuestra convicción, a nuestra integración, porque simple y sencillamente somos una pieza infinitamente pequeña en el corazón de la humanidad. Los abuelos mayas dicen que somos una inspiración del universo, cada ser humano es una inspiración del universo, no es mando del universo, porque no está en nuestras manos mandar el universo, solo somos una pequeña inspiración”.

Esto se dio a conocer durante el Encuentro Iberoamericano “Voces por la Paz 2024”, donde también habló sobre la juventud a quien calificó como “temerosa y limitada de lo que conoce”, gracias a no saber aprovechar las nuevas tecnologías. Además de que lamentó que gracias a esta falta de perspectiva siga creciendo el número de suicidios.

“La juventud tiene mucho temor a cometer un error, a conocer lo desconocido, y se limita a lo que conoce, entonces es un lente que le afectará para su intelectualidad y para sobrevivir en un mundo feroz, este mundo te lleva a un mundo con muchas dificultades. Por eso lamento mucho que haya muchos suicidios a temprana edad en esta era y hay mucha falta de perspectiva, no tanto de los que se impongan entonces esa educación de autoestima. La juventud tiene que creer en sí mismo, tiene que participar y crear un liderazgo”, comentó.