Las preferencias deportivas de los presidentes
El hecho de que el actual Jefe del Ejecutivo Federal brinde su apoyo definitivo a la práctica del beisbol, es más que nada regional.
En el sureste del país, “la pelota caliente” es uno de los deportes más populares, al lado del futbol y el baloncesto.
La historia moderna del país registra Presidentes aficionados a diversos deportes.
Es de todos conocida la afición que Adolfo López Mateos, sentía por el automovilismo.
Además de apoyar la construcción del entonces Autódromo de la Magdalena Mixhuca, cuentan que se escapaba de sus guardias por las noches para manejar un convertible por vías rápidas.
José López Portillo, gustaba de varios: la equitación, el tenis, el boxeo, pero sobre todo el futbol americano, que practicó en su juventud al lado del Negro Durazo.
Montaba en el Campo Militar Número 1 y tenía un gimnasio bien equipado en la Residencia Oficial de Los Pinos.
Su maestro de tenis, era el mismísimo astro del momento Raúl Ramírez.
Aunque su función no se lo permitía, procuró que su hijo José Ramón acudiera a los supertazones registrados durante su gestión.
Los últimos mandatarios se han pronunciado no por alguna práctica específica, sino sólo por equipos de futbol.
Ernesto Zedillo, por el Necaxa, Vicente Fox por el León, Felipe Calderón por el Morelia y Peña Nieto quien no sabía si inclinarse por el Toluca o el América.
Simpatizar con algún equipo les ganaba adeptos.